Había mucha expectación por la charla de Ajaz Ahmed, fundador de una de las agencias más premiadas del mundo, ya con 21 años, aunque parezca mentira.
Esa expectación quedó probada por la asistencia, la más nutrida del día en la sala de conferencias. Sin embargo, es probable que también se viera frustrada por la corta duración y aparente ligereza de su intervención. Fue, en realidad, una “sales speech”, como dijo el propio Ahmed, en la que vendió fundamentalmente su libro, Velocity, cuyo derechos, eso sí, van para ONG de varios continentes.
Ese libro está escrito a medias con Stefan Olander, durante 12 años su cliente en Nike, así que hay mucho de la historia publicitaria de Nike en él.
Pero no sólo habló de Nike, sino de otras compañías para las que ha trabajado, como Fiat, MTVy Virgin, y sobre todo de su filosofía. Una filosofía que se puede enmarcar en dos de sus frases aparentemente contradictorias. Una, que si las grandes marcas cuentan grandes historias, en el mundo digital las cuentan a través del software que es lo que hace AQKA. La otra, con la que cerró la charla,: “La fuerza fuerza más poderosa del universo no es la tecnología, sino la imaginación”. AKQA pasó de 200 a 1.200 empleados y de una oficina a cinco en América. Europa y Asia. Por cierto, que ese crecimiento obedece a una de sus máximas: convertir un fracaso en un momento de definición. Y es que Nike no le dio la cuenta de fútbol simplemente por considerar su agencia demasiado pequeña. Cuatro años después ya no lo era. Pero es que, a su vez, la cuenta de Nike llegó por la recomendación del director de marketing de un banco por cuya cuenta habían concursado, y perdido.
Los libros tienen que tener finales felices.