Reconocer una idea de verdad buena podría parecer una tarea al alcance de cualquier. Pero si la genialidad fuese tan evidente, probablemente Apple no hubiera despedido a Steve Jobs en los ochenta (para volver a contratarle después) ni a Francis Ford Coppola le hubieran puesto tantas trabas al hacer El Padrino. Ese fue el argumento de la charla con la que Gerry Graf, cofundador y director creativo de Slap Global, abrió ayer la cuarta jornada del Día C 2021. Hoy dan comienzo las conferencias y actividades presenciales en el Kursaal, en San Sebastián, que culminarán mañana con la entrega de los Premios Nacionales de Creatividad.
Graf, habitual desde hace años en las listas de mejores creativos del mundo que publican medios especializados y prensa económica, recomendó a sus colegas prepararse para defender contra viento y marea las ideas que realmente consideren importantes, porque es muy probable que encuentren oposición y que el proceso para sacarlas adelante acabe resultando agotador. “Todas las ideas que me han parecido geniales han sido una experiencia cercana a la muerte”, aseguró. “Todas han estado a punto de morir. Y todos mis jefes y amigos dicen lo mismo”. 
Es lo que pasó con una de sus campañas más conocidas, la icónica Taste the rainbow, de Skittles, que firmó cuando trabajaba en TBWA Chiat Day Nueva York. Catorce años, una infinidad de premios y millones de dólares en ventas después, la marca sigue utilizándola, pero su desarrollo fue una auténtica pesadilla. “Nadie quería hacer esta campaña”, recordó Gerry Graf, que contó que el cliente se había resistido durante meses, decidió no lanzarla incluso después de haberla grabado y si al final lo hizo fue, básicamente, por la insistencia de la agencia. “Los creativos tienen que tener la piel dura y saber que, si buscas algo grande, el viaje es doloroso”.
Pero ¿por qué, entonces, pasar por todo esto? ¿Qué podría llevar a una persona a querer experimentar tanto sufrimiento y rechazo cuando se podría ganar perfectamente la vida haciendo cosas más mediocres? Los dos motivos más obvios son el ego y el dinero, que, admitió Graff, también tienen que ver, pero a su juicio hay algo más, y es la satisfacción que provoca el haber hecho algo que nadie ha hecho antes y la garantía de que crear una campaña importante te abrirá puertas para hacer otras campañas importantes después. 
Tras su intervención, Valentina Culatti, directora del creative shop de Facebook para Europa del norte, presentó las posibilidades creativas de la realidad virtual y la realidad aumentada en el ecosistema de la red social, y Albert Cañigueral, conector en la red Ouishare para España y América Latina, y Javier Creus, fundador de Ideas for Change, charlaron sobre los cambios en el entorno del trabajo.
Otra conversación, esta vez entre Úrsula Mejía-Melgar, directora de marketing de Diageo para Europa del Sur, y Belén Coca, cofundadora de la plataforma Más Mujeres Creativas, sobre la necesidad de construir una industria publicitaria más diversa, cerró la jornada.