“Hace unos meses, cuando empezamos a trabajar en el contenido del Día C, lo que se repetía en los medios era la vuelta a la normalidad”. Con estas palabras, la presidenta del Club de Creativos (CdeC), Judith Francisco, ha dado comienzo a la quinta jornada del encuentro, que inaugura el componente presencial de esta edición del evento. “Surgió entonces la conversación sobre cómo sería esta normalidad. Existen ideas que parecen fuera de nuestro tiempo, pero que pueden suponer una inspiración para lograr una mayor sostenibilidad, y por ello hemos buscado a personas que se dedican a buscar anacronías en diversos sectores, y que plantean ideas tan utópicas que servirían para cambiar cómo se hacen las cosas, para cambiar incluso industrias enteras”.
La quinta jornada del festival, de la que ofrecemos un resumen de las principales intervenciones a continuación, ha arrancado con la ponencia de Giovanni Corazza, docente universitario y fundador del Marconi Institute of Creativity. Comparando el comportamiento mental con el funcionamiento de la tierra, ha destacado que “para ser creativo necesitas volver a la superficie y volver a excavar en el cañón”. El ponente ha señalado también que “somos capaces de leer palabras mal escritas porque no leemos letra por letra. Somos máquinas muy rápidas y eficientes en el aprendizaje de patrones”.
“La disrupción, que nos permitirá seguir adelante, requiere de creatividad”, ha asegurado Corazza a la par que ha presentado una nueva sociedad en la que los sistemas educativos se tendrán que adaptar a unos nuevos estándares basados en la personalización que impulsarán la adquisición de experiencia en las diferentes e interconectadas áreas, la creatividad o la flexibilidad. “Los colegios y las universidades deberán centrarse en aspectos como el emprendimiento o el ensalzar la calidad humana. La creatividad deberá ser imperativa para todos, es un aspecto clave para la dignidad humana. La creatividad no es un lujo, es una necesidad para sobrevivir. Y creo firmemente en ello. La plasticidad del cerebro abre nuevos caminos, y la creatividad es la manera para entrenarla, desarrollarla y exprimirla”.
La ciudad del futuro
La mañana también ha tenido lugar para la arquitectura mediante la figura de Vicente Guallart, fundador de Guallart Architects. Y no cualquier tipo de arquitectura, sino aquella especialmente enfocada en la construcción de edificios más sostenibles y humanos. “Tuve la suerte de estudiar en una universidad bastante mala, porque eso me hizo viajar mucho y plantearme el reto de crear un nuevo lugar en el que habitar en el futuro”, ha comentado al inicio de su intervención.
Entre otras ideas, el arquitecto ha compartido algunas como que “si en 2010 hacimos cosas por las que nos catalogaron de locos, como incorporar sistemas de carga para coches eléctricos, vimos que si lográbamos que barrios o ciudades funcionasen así, podría cambiarse el mundo”, o que “la ciudad del futuro es una ciudad distribuida, una ciudad con muchos centros al alcance de todos, con equipamientos públicos, buenos edificios y sistemas de movilidad que permitan desplazarnos, aunque es cierto que deberemos desplazarnos menos”.
El negocio de la contaminación
“La polución es la manera más barata de hacer negocio”. Esta ha sido una de las principales conclusiones que Dana Thomas ha pronunciado durante su intervención en el Día C. En una ponencia titulada Ideas de futuro: la moda, la periodista y escritora se ha mostrado tajante con respecto a que la industria de la moda contamina y cómo su actividad está destruyendo el medio ambiente, ilustrando esta idea con el tremendo impacto que genera, por ejemplo, la producción de un pantalón vaquero.
Para solucionarlo, ha abogado por un modelo de producción más sostenible; no solo porque sería beneficioso para el medio ambiente, también porque se trata de un modelo económicamente rentable.  “Las soluciones se están implementando, por lo que la solución está ocurriendo ahora”, ha sentenciado.
El valor de la tecnología
Tecnalia es el centro tecnológico privado más grande de España y Agustín Sáenz es su subdirector general de mercado. El trabajo de esta compañía pasa por transformar tecnología en valor. Uno de los pilares de su operación pasa por medir cuanto facturan sus clientes a partir del trabajo que realizan en su compañía: “La medición del impacto es muy importante en todo lo relacionado con la tecnología”, ha explicado. “Nos han enseñado que el futuro tiene que ver con el tiempo, pero para mí tiene que ver con el lugar. Y el futuro va en términos generales de tres cosas: digital, ecología y personas. Pero también va de saludable, de creatividad, de social, de fusión, etcétera”.
El directivo también ha abordado el big data, cuestión sobre la que ha dicho que “hay muchos datos de las cosas que van bien, pero pocos de lo que va mal. Es lógico, pues intentamos hacer máquinas que eviten lo que va mal, por lo que esos datos apenas existen. Para solventarlo, lo que hacemos es hibridar, mezclar datos del mundo real con los del mundo digital”. Uno de los perfiles profesionales que mencionó como más relevante en la actualidad es el del director de datos, “que si todavía no tenéis en muchas agencias, tendréis que pensar en tenerlo”.
Al final de su intervención, Gema Arias (Kitchen) y Guille Viglione (Dimensión), se unieron al experto en tecnología para tratar con el directivo temas como cuánto falta para que un robot realice el trabajo de un creativo. Sáenz enfatizó en que nunca lo va a hacer, “un robot no es capaz de gestionar, por ejemplo, emociones. Las máquinas pueden aprender, pero no razonar”.