Page 37 - MUJERES A SEGUIR Nº 3
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industria muy tecnológica. La cuestión es que trabajaba muchísimo en
esto, así que pensé que, para poner en marcha la visión que tenía sobre el
sector y el Colegio, sería más práctico y útil si el grupo de compañeros que
compartíamos estas inquietudes y yo nos presentábamos a las elecciones.
Pusimos desde el principio mucha ilusión. Y desde 2014 hasta ahora
hemos trabajado sin parar para que el Colegio tenga un papel cada vez más
relevante”.
Una de las iniciativas que han promovido desde el COIAE es la plataforma
Ellas vuelan alto. Este proyecto busca dar visibilidad a las mujeres del sector
y ayudar a que haya más presencia femenina en las empresas aeronáuticas.
Todo surgió a raíz de unas jornadas que hace unos meses organizaron sobre
el tema. “Casi todas las que participamos estábamos de acuerdo en que la
situación es, por decirlo suavemente, mejorable: hay muy pocas mujeres en
los consejos de administración y ejecutivos de las empresas aeronáuticas de
España. Por no hablar de que no hay prácticamente ninguna CEO. Lo que
es seguro es que no haciendo nada, nada cambiará. Por eso hemos querido
poner en marcha este proyecto de asociación”.
Matesanz es consciente de que para cambiar esta situación es fundamental
trabajar también desde la base, es decir, lograr que las niñas pierdan el
miedo a las ingenierías y carreras científicas. Algo que, en su opinión, será
complicado si no empezamos por “cambiar los roles típicos” de género que
se aprenden en la infancia. Eso pasa, entre otras cosas, por transformar la
imagen de la mujer que proyectan los medios y la publicidad. “Nos inundan
desde pequeñas con mensajes que nos encaminan a ser compañeras,
madres y cuidadoras, y a los hombres, triunfadores. Parece que las cosas
van cambiando, y hay países donde se mueve algo más rápido, pero es un
proceso muy lento”.
En el caso concreto de la ingeniería, el problema tampoco es solo femenino.
Si hay algo que demande España ahora mismo son ingenieros. Son los
profesionales más cotizados (tienen tasas de ocupación superiores al 90%) y,
sin embargo, hay cada vez menos. La demanda de ingenieros ha aumentado
un 20% en los últimos años, mientras que las matriculaciones en las carreras
STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) se han reducido
prácticamente en la misma proporción. “Es un problema generalizado en
Europa”, asegura la responsable del COIAE.
Despertar vocaciones será, por tanto, crucial si no queremos acabar teniendo
que importar ingenieros. En ese sentido, Matesanz considera importante
mostrar casos de éxito, referentes tanto masculinos como femeninos. “En el
Colegio todos los años premiamos al Ingeniero del Año, con el fin de resaltar
su papel en la sociedad. Hemos premiado a gente tan importante como
Carmen Librero, Ángel Luis Arias o Luis Gallego”. También es fundamental
Desde hace tres años, Matesanz es también decana del Colegio de la labor de la familia. En su caso, desde luego lo fue. “Mi familia es de
Ingenieros Aeronáuticos de España (COIAE). Que ocupe este puesto es origen humilde. Sin embargo, a pesar de que ni mis padres ni ninguno de
un hecho insólito por dos motivos: no solo es la primera mujer al frente de mis tíos pudieron estudiar más allá del colegio o el instituto, siempre nos
la organización en su más de medio siglo de historia, también es la persona inculcaron la importancia de formarse, trabajar duro y ganarse la vida por
más joven que la ha dirigido. Al frente de una institución de este tipo uno uno mismo. Afortunadamente, cuando yo nací, en 1980, la universidad era
hace normalmente a un venerable profesional de larga trayectoria, no a una más accesible, y mi padre trabajó sin descanso para que yo pudiera estudiar
treintañera inquieta que quizá tenga menos experiencia, pero también más inglés desde pequeña e ir a la universidad sin problemas. Él fue quien me
ganas. “Desde que empecé a estudiar Ingeniería Aeronáutica me metí de inspiró para querer ser ingeniera”. No se arrepiente de la decisión: “Desde
lleno en el mundillo”, cuenta. “En su momento empecé a colaborar con mi empresa, y desde el sector aeroespacial en general, contribuimos a unir
el Colegio porque me parecía fundamental defender nuestra profesión y a las personas, al avance de la ciencia y la tecnología, y a la seguridad y
promover un sector que contribuye en gran medida al desarrollo de nuestro defensa de los ciudadanos de Europa. Es un sector francamente bonito y
país creando mucho empleo—y empleo de calidad— y potenciando una muy especial”. #
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