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“Casi siempre se asocia con los países africanos, pero la realidad
es que ni es exclusivo de un continente ni de una religión.
La MGF se practica en más de noventa países en todos los
continentes”, apunta Traspas. Aunque la edad varía en función de
la ubicación o del grupo étnico, la mayoría se llevan a cabo antes
de los 15 años. Estas operaciones son realizadas sin las mínimas
condiciones higiénicas, con cuchillas u otros instrumentos
cortantes sin esterilizar, y en muchos casos, sin ningún tipo de
anestesia. No solo supone un trauma físico y psicológico para esas
niñas, sino que también puede tener para ellas consecuencias
de por vida. Por supuesto, a nivel médico, pero también a
nivel social, dejándolas más expuestas al abandono escolar o al
matrimonio forzado. “Es cierto que en los últimos años las cosas
han cambiado, hay más visibilidad y concienciación, pero todavía
nos queda mucho camino por recorrer. Es necesaria una mayor
implicación por parte de todos, es imprescindible tener mejores
recursos como, por ejemplo, asistencia psicológica especializada
para supervivientes de la MGF que lo soliciten y mejores políticas
de actuación”.
Desde Save a Girl Save a Generation trabajan principalmente con
mujeres inmigrantes o refugiadas de origen africano, pero también
de otras nacionalidades. “Parte de nuestro trabajo es la intervención
directa a través de clases de español y alfabetización o talleres de
formación en educación sexual y salud reproductiva”, indica su
fundadora. También tienen proyectos en África. “En Kenia, además
de apoyar a la escolarización de un grupo de niñas y chicas jóvenes,
este año hemos iniciado la primeras jornadas ‘Kuelekea Mabadiliko’
(‘Avanzando hacia el cambio’) con el objetivo de preparar a futuros
formadores en la concienciación y erradicación de la mutilación
genital femenina y poco después comenzamos con nuestro proyecto
Safe in Nairobi, una casa que servirá de refugio para chicas jóvenes
y mujeres que estén sufriendo violencia de género y que no tengan
a dónde acudir”.
Desde el principio, Hayat ha utilizado su voz en todos los foros,
plataformas y formas de expresión a su alcance para arrojar
luz sobre este problema, desde las redes sociales a conciertos,
Foto: Sergio Lardiez exposiciones fotográficas, lecturas dramatizadas o microteatro.
“Viniendo de una sociedad donde muchos temas que tienen que
“Hay muchos mitos alrededor de la MGF y muchas personas ver con la mujer y la sexualidad son tabú, el arte nos ha facilitado
consideran que una niña no mutilada, además de no ser pura, los mecanismos que necesitábamos para transmitir y hacer llegar
traerá un listado de desgracias a ella y a su familia. Cuando mis nuestro mensaje. El arte tiene una forma de comunicar particular
primas, tías y amistades observaron que, además de ser una niña que, además, invita a la reflexión y la participación”, asegura. “Las
feliz, nada malo había pasado, empezaron a cuestionarse si era redes sociales son una plataforma maravillosa para compartir,
algo necesario. Poco a poco, con mi madre como apoyo y ejemplo, para comunicar, para denunciar y para concienciar. Seguiremos
decidieron que ellas tampoco iban a mutilar a sus hijas”. empleándolas para hacer llegar más historias de mujeres valientes
que quieran compartir su verdad. Es crucial alzar la voz para
Según datos de Naciones Unidas, hay en el mundo 200 millones acabar con algunas injusticias porque, por desgracia, lo que no se
de mujeres y niñas a las que se les ha practicado la ablación. ve y no se oye, parece que no existe”. #
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