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el gran público el conocido como ‘efecto Matilda’, ese fenómeno de investigación es semejante a la de los hombres será porque
por el que los logros de las mujeres científicas han sido, de forma somos igual de buenas científicas. ¿Por qué entonces hay más
sistemática, ignorados por la Historia o atribuidos a sus colegas catedráticos? ¿Qué estructuras piramidales y redes de influencia
masculinos. Ese mecanismo fue descrito por primera vez por la favorecen a los hombres?”, se pregunta Mónica Melle, secretaria
sufragista Matilda Joslyn Gage en su ensayo La mujer como general de AMIT. Las razones que explican la persistencia de esa
inventora. Lamentablemente, el ‘efecto Matilda’ no es algo solo brecha de género son variadas: las dudas sobre la capacidad de las
del pasado. La brecha de género en el mundo STEM sigue siendo mujeres para la ciencia y la tecnología, un sistema de evaluación
profunda. Según datos recientes del Ministerio de Ciencia, las supuestamente objetivo empañado por sesgos inconscientes y
mujeres ocupan solo el 21% de los cargos investigadores de primer estereotipos sexistas, la precariedad e incertidumbre en la carrera,
nivel dentro de la universidad pública y el 25% en los organismos el síndrome de la impostora…
públicos de investigación españoles. “Aunque se suele atribuir
esta infrarrepresentación a las elecciones individuales, los datos Pero casi más preocupante resulta que ese desequilibrio persista
apuntan a razones estructurales de nuestro sistema de investigación todavía en las aulas. “En la nueva economía, donde los empleos
e innovación. Si nuestra tasa de éxito en los competitivos proyectos mejor retribuidos y de mayor valor añadido serán los vinculados
con la sociedad del conocimiento, si no hay suficientes mujeres
en ciencia y tecnología estamos condenando a la mitad de la
población a los empleos más precarios y estamos abundando en
una sociedad más injusta”, indica Melle. “No solo es injusto,
es que no funcionará. Por ejemplo, la ausencia de la perspectiva
de las mujeres en los desarrollos de la inteligencia artificial
debería preocuparnos, porque se están desarrollando algoritmos
y suministrando ejemplos que no nos incluyen. Estamos
construyendo una realidad falsa sobre la que sustentar las
soluciones que van a dar lugar a nuestro futuro”.
Animar a las niñas y jóvenes a interesarse
por esas profesiones pasa, a juicio de la
secretaria general de AMIT, por derribar
estereotipos. “Las niñas tienen que ser
capaces de verse a sí mismas como
científicas y creerse capacitadas
para serlo. Es inadmisible que
los libros escolares describan
una sociedad irreal, en
la que las científicas y
tecnólogas prácticamente no
existen. Nuestra campaña
#NoMoreMatildas nace
precisamente para rescatar
del olvido a algunas de
las grandes científicas
del pasado. La campaña
también da las claves de
por qué nos debe importar
tanto la marginación histórica de
las científicas y por qué no podemos
esperar más para actuar. Iniciativas como el
11F ayudan. Y AMIT también tiene programas
específicos como Una ingeniera en cada cole, que da
a las niñas (y niños) ejemplos de mujeres
reales dedicadas a la investigación y la
innovación”. #
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