Page 66 - MAS_16
P. 66

Hyundai. Única marca
         # opinión                                                                                                                         MUJERES A SEGUIR 295X230.pdf   1   11/10/22   15:21
                         y
                                                                                                                                               con 5 tecnologías eléctricas.
              Elvira Navarro  Escritora


                                     Cuando los                 El título de este artículo es tramposo, ya lo sé, porque los bares no fueron

                                 bares no son                   jamás para todos con esa rotundidad. Sin embargo, durante mucho tiempo                Híbrida 48V
                                                                Madrid podía presumir de ser una ciudad acogedora no solo porque casi
                                     para todos                 nadie era de aquí de ese modo en el que un nacionalista saca su pecho
                                                                henchido de rancio abolengo, sino por los bares en los que cualquiera se
                                                                podía refugiar: el borracho, el parado, la anciana con ganas de pegar la              Híbrida eléctrica
                                                                hebra, el oficinista, la funcionaria, los estudiantes, una madre con su hija.
                                                                Te metías a beber una caña rápida o a merendar un café calentito y un                 Híbrida-enchufable
                                                                croasán plancha y veías un mundo más allá del tuyo. De tu clase social,
                                                                de tus gustos, de tu edad, de tu ocupación. Estoy hablando de los bares
                                                                del centro de la ciudad, no de los de los barrios, donde la mezcla de clases          100% Eléctrica
                                                                sociales es más difícil.
                                                                                                                                                      Pila de hidrógeno
                                                                Hasta la llegada de la globalización, el centro de Madrid tenía tanto de
                                                                barrio como de centro. Era el lugar de encuentro de mucha gente que
                                                                se desplazaba hasta allí para hacer cualquier cosa (comprar, pasear, ver
                                                                a amigos). Al mismo tiempo, sus calles seguían siendo barrio, es decir,
                                                                había  vecinos,  gente  que  llevaba  décadas  viviendo  por  aquellos lares.
                                                                Sólo los aledaños más inmediatos de Preciados, Sol y la Gran Vía tenían
                                                                esa tonalidad sombría de las partes de la ciudad que mutan en un puro
                                                                centro comercial al aire libre, donde todo es tránsito por el día y desierto
                                                                de aceras sucias de noche, cuando las tiendas echan el cierre. No había en
                                                                aquel Madrid demasiados turistas, solo los que venían a ver el Prado y las
                                                                cuatro cosas más que se visitaban. Los veías por la Plaza Mayor o por las
                                                                calles principales de Huertas o La Latina, pero bastaba con desviarse para
                                                                reencontrar el barrio con sus bares no especializados en sacarle los cuartos
                                                                al guiri, sino en algo bien distinto: fidelizarte a base de acogerte. No todos
                                                                lo hacían, claro, pero sí muchos. Aunque solo fuese porque el negocio era
                                                                propio y convenía que funcionara.


                                                                La explosión del turismo ha acabado con casi todos ellos. A medida que
                                                                los barrios del centro han pasado de ser barrios residenciales a lugares para
                                                                el ocio, la faz de la ciudad ha abandonado el casticismo, o lo conserva de
                                                                mentirijilla, maqueado. Es probable que ahora haya más locales de ocio
                                                                que nunca, pero muchos son franquicias, esto es, sitios que no invitan a
                                                                quedarse, sino solo a consumir rápido, a cargo de camareros mal pagados
                                                                y cuya comida es prefabricada: sándwiches precintados y smoothies hechos
                                                                en algún polígono. Cuando no hay una franquicia, encontramos un bar
                                                                o restaurante de tapas típicas de mala calidad: tortilla de patatas con las
                                                                patatas hervidas en vez de fritas en aceite de oliva, y con huevina en lugar
                                                                de huevo (deberían de dejar de llamar a eso tortilla española y ponerle otro
                                                                nombre). Paellas de Paellador. Croquetas que nunca son caseras, sino                     IONIQ 5.                                                               Mireia
                                                                congeladas. Patatas bravas que por supuesto proceden de una bolsa, y cuya
                                                                salsa es una angustiosa mezcla de mayonesa con kétchup. Calamares fritos                 100% Eléctrico.                                                        Belmonte
                                                                en un aceite que parece de coche. Todo caro y malo, sin ningún amor por
                                                                lo que se hace ni por cuidar al cliente. Por no hablar de los restaurantes
                                                                pretenciosos de comida internacional,  cuqui o algo por el estilo, que
                                                                tampoco suelen tener buen género y donde pagas precios desorbitados. En
                                                                casi todos estos casos, los dueños ya no llevan sus locales personalmente,
                                                                sino que son capitalistas que delegan el trabajo en otros, casi siempre mal
                                                                remunerados, para que cocinen y sirvan las mesas. Frialdad total, negocio   En Hyundai ya estamos trabajando para eliminar la huella de carbono.
                                                                puro y duro, el trabajo desprovisto de  cualquier vocación  de cuidado y   Gama 100% eléctrica en Europa en 2035.
                                                                servicio. Y es que la desaparición de aquellos viejos bares que te acunaban
                                                                incluso siendo rabiosamente cutres es una señal más de cómo la ciudad,
                                                                cuyo sentido debería ser que la vida fuera buena para sus habitantes, se
                                                                vuelve inhumana. El proceso parece imparable. #                                            Hyundai IONIQ 5: Emisiones CO combinadas (gr/km): 0 durante el uso. Consumo eléctrico (Wh/km): 167 (batería 58 kWh) – 190 (batería 73 kWh).
                                                                                                                                                           Autonomía en uso combinado (km)*: 384 (batería 58 kWh) – 481 (batería 73kWh). Autonomía en ciudad (km)*: 587 (batería 58 kWh) – 686 (batería
                                                                                                                                                           73kWh). Valores de consumos y emisiones obtenidos según el nuevo ciclo de homologación WLTP. *La autonomía real estará condicionada por el
                                                                                                                                                           estilo de conducción, las condiciones climáticas, el estado de la carretera y la utilización del aire acondicionado o calefacción. Modelo visualizado:
      66                                                                                                                                                   IONIQ 5 Energy. Más información en la red de concesionarios Hyundai o en www.hyundai.es
   61   62   63   64   65   66   67   68   69   70   71