Page 26 - MAS 19
P. 26
# opinión
Virginia Mosquera | Directora creativa en McCann y escritora
De Altamira a conversación más cercana con mi Pink chupito, para toparme de
los Gerety bruces con una joven promesa de la publicidad que va, y me repite
la misma pregunta. Dos de dos. Ahí es cuando, reflexionando en
Son las casi 12 de la noche del día en el que me había comprometido público expongo que:
a entregar este artículo que era para ayer. Pero como soy esclava de
mi tiempo y llevo todo el día en los Gerety Awards (sí, esos premios A. No he tenido que explicarle a ningún señoro ninguno de los
de creatividad, de los que ahora hablaremos, juzgados íntegramente insights de los 200 spots que nos hemos zampado: techo de
por mujeres) (sí, solo mujeres), y luego he tenido un sarao con Pink cristal, violencias invisibles, miedo a volver solas, mansplaining,
Perreo incluido, más acostar a los niños con las pertinentes dicisiete corresponsabilidad en la crianza, perminepausia, equidad,
páginas de Manolito Gafotas. Estoy, como todas las madres de etcétera.
España y del Universo conocido, derrengada. Así que me siento a
escribir y lo que me sale es una pregunta que me ha soltado esta B. Era delicioso contemplar cómo todas los pillábamos, ¡boom!, a
tarde un caballero: “¿Y realmente —dijo el caballero— es necesario la primera, incluso detectando cuando el case feminista cojeaba de
un festival creativo juzgado exclusivamente por mujeres?” “Pues condescendencia masculinoide (oliéndonos lo que sospechábamos
—contesto sin pensarlo demasiado—, si existe… será por algo, al unísono: que se trataba de ideas de tíos, haciéndose los chachis),
caballero”. Y haciendo la voltereta lateral mental, me he ido a la pero oye, todo intento bueno es, incluso si es fallido. Desde aquí
un saludo a todos los hombres que se ponen la camiseta morada,
os queremos, os necesitamos, seguid. Sigo.
C. No se han creado dinámicas machirulescas. Hemos ido
mucho al baño, hemos sido eficaces y nos hemos regalado altas
dosis de admiración y sisterhoodismo. Llegado a un punto hemos
detectado que había muchos cases de tendencia morada. Mmm,
se han arqueado algunas cejas… Pero como somos señoras
instruidas y talentosas, con grandes capacidades para debatir y
generar pensamiento, más allá de la mera publicidad, nos hemos
cargado los que nos presuponían dispuestas a hondear banderas
a su favor por el mero hecho de ser morados.
Luego… copazo en mano, le diré a esa joven promesa de la publi
que el problema es muy sencillo. Si me preguntas si es necesario
juzgar en femenino te responderé: ¿Por qué c*ñ* me preguntas
algo así? Y en esa respuesta cabrá el mundo entero, la historia de
la humanidad contada en millones de tías que, desde Altamira (sí,
eran de tías esas manitas) hasta nuestros días, se han quedado
en los márgenes de las fotos, fuera de la opinión, a orillas del
relato mirándose los pies o esperando que un príncipe azul las
dejara decir esta boca es mía, porque para opinar ya estaban ellos,
así que, como dice Manolito Gafotas (otra tía, en el fondo), el
porqué de su existencia es un misterio que científicos de todo el
mundo mundial no han podido ni podrán averiguar, pero qué bien
lo pasamos. #
«¿Y realmente —dijo el caballero— es necesario un festival creativo juzgado
exclusivamente por mujeres? Pues —contesto sin pensarlo demasiado—, si
existe… será por algo, caballero»
26