La ausencia de premios, por someterse este año el festival El Cencerro a un periodo de barbecho, no redujo el número de asistentes a este certamen que desde hace cuatro años compite en el calendario con la gala final de Cannes y que se celebra en el pequeño pueblo segoviano de Losana de Pirón. Sus organizadores, no obstante, aseguran que el año que viene El Cencerro volverá a dar premios.
De momento, este año solo ha habido uno, el otorgado a la agencia Belive por “su apoyo incondicional al festival y por su trabajo en línea con los valores que representa y defiende El Cencerro”, señalaron los organizadores del certamen.
Bajo un sol de justicia, cerca de 270 creativos de distintas agencias, ilustradores y estudiantes, incluso de universidades como San Diego (Estados Unidos), o de Francia, se dieron cita en este pequeño pueblo segoviano, en un ambiente eminentemente lúdico, aunque con voluntad reivindicativa: revalorizar la vida rural, tanto en la comunicación como en las propias condiciones del pueblo que aloja a este certamen. De hecho, los beneficios que resultan de este evento se destinan, cada año, a mejoras en la localidad.
A falta de premios, este año el certamen se ha volcado en el programa de conferencias, exposiciones y networking. Ilustraciones de Carla Lucena, Siro García, Óscar Gutiérrez, María Lempicka, Pablo de Pedro, Julia Roig. Manu Arranz, Antonio Carrillo, pudieron verse en la antigua vaquería convertida en auditorio, e incluso se pudo asistir a la obra en directo del ilustrador Marco Pardo.
El programa de conferencias tenía un nexo común: servir de inspiración, a través de la experiencia, a jóvenes profesionales o emprendedores. Desde la protagonizada por dos ganaderos de la zona (Raúl Cantalejo y María García), a la ofrecida por Jonay Sosa, fundador de Ideas for Fuel, que narró su experiencia por Europa en la que ofrecía sus servicios creativos a cambio solo de gasolina para seguir viajando; la que corrió a cargo de Emi Bertola y Cova Díaz, de Tapsa Y&R, que presentaron la campaña Ese anuncio es mío, y animaron a los más jóvenes a hacerlo lo mejor posible al margen de los presupuestos e, incluso, a tomar el pelo a los directores creativos, “saben entenderlo”, dijeron. Voluntad de hacer las cosas y disfrute fueron las recomendaciones dadas por parte del equipo de Territorio Creativo (conferenciantes ocasionales tras un fallo en el programa) y los diez mandamientos del training (amar la profesión, no tomar ningún naming en vano, sacrificar las fiestas, honrar a los directores creativos, no fusilar, no cometer artes impuros, no robar, decir falso testimonio y mentir, consentir pensamientos y deseos impuros y codiciar las ideas ajenas), ofrecidos por el equipo de Tago Artwork.
Tras las conferencias, una cata enológica, juegos, música y una acampada que disfrutaron más de 100 personas.