Page 31 - MUJERES A SEGUIR Nº 3
P. 31
La batalla de los sexos fue un espectáculo
para entretener a las audiencias, pero
también una gran victoria del movimiento
por la igualdad en los setenta.
Punto, set y Partido
Para el feminismo
Resulta extraño que a nadie hasta ahora se le hubiera ocurrido llevar a la gran
pantalla La batalla de los sexos, el mítico partido que en 1973 disputaron
Billie Jean King y Bobby Riggs, que escenificó, en una pista de tenis, el
enfrentamiento entre el feminismo y el tradicionalismo más reaccionario
que por entonces se desarrollaba en calles, casas y oficinas. A estas alturas,
no haremos un spoiler si contamos que la gran Billie Jean acabó ganando el
partido. Lo interesante de la película no es tanto el final, de sobra conocido,
sino el relato que hace (bastante fiel, por cierto) de la lucha de las tenistas
profesionales por equiparar su situación a la de sus colegas varones. Gracias
a ellas, el tenis es hoy por hoy uno de los deportes en los que hay más
igualdad, aunque ellos sigan ganando en general más y el machismo –ahí
está John McEnroe– siga al acecho.
Cuenta también el affair que Billie Jean tuvo con su por entonces
peluquera, Marilyn Barnett, y la tortuosa relación de la tenista con su
propia sexualidad. King estaba por aquel entonces casada con un hombre.
No reconoció públicamente su homosexualidad hasta 1981 (fue una de las
primeras salidas del armario de un atleta profesional). Si no era el mejor de
los tiempos para las deportistas profesionales, mucho menos lo era para las
deportistas profesionales lesbianas.
La historia empieza con Billie Jean y Gladys Heldman, la fundadora de World
Tennis Magazine, irrumpiendo en un club masculino para enfrentarse con
los responsables de la federación de tenis tras enterarse de que la ganadora
del Pacific Southwest Open cobraría ocho veces menos que el ganador en la
categoría masculina. A partir de ahí, las tenistas se organizaron. King y otras
Billie Jean King y Bobby Riggs, ocho compañeras se desvincularon de la federación y montaron, con ayuda
antes del célebre partido. de Heldman, su propio circuito femenino, el germen de la actual WTA,
patrocinado por, algo impensable hoy, una marca de tabaco. Sí, Virginia Slim, >>
31