Page 70 - MUJERES A SEGUIR
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# opinión
                        y
              Lula Gómez   Periodista y escritora






                                               Nosotras           Leo en un tweet: “Según Salvamento Marítimo TODAS las mujeres
                                                                  del  Aquarius han sufrido violencia sexual”. Unos días antes, y también
                                      corremos, una  relacionado con el drama de las personas que huyen de su país para no morir,
                                          nueva forma             la activista Helena Maleno afirmaba en una entrevista que las mujeres, para
                                           de conjugar            llegar aquí, deben normalizar la violencia. Contaba que es una cuestión de
                                                                  supervivencia, porque si no lo haces, te mueres. “Se exponen a las violencias
                                                                  ligadas a la trata de personas y a ser explotadas durante el tránsito para poder
                                                                  llevar a cabo el viaje, por no hablar de los abusos y violaciones sistemáticas.
                                                                  Normalizar la violencia es una gran estrategia para no morirte”. Lolita, una
                                                                  Berta Cáceres de Guatemala, una defensora de los derechos humanos que
                                                                  tuvo que huir de su país para que no la matasen dice que quiere vivir y que
                                                                  no nació para ser ni violada ni asesinada. Porque el norte de Centroamérica,
                                                                  lo denuncia Naciones Unidas, está considerado como una de las regiones
                                                                  sin guerra más peligrosas del mundo para ser mujer.

                                                                  Pero  ojo,  no  hace  falta  irse  lejos,  el  caluroso  19  de  junio  cerrábamos  la
                                                                  jornada en España con el asesinato de tres mujeres por terrorismo machista.
                                                                  Al día siguiente, hubo otra más. Cuatro mujeres menos a seguir. Cuatro
                                                                  mujeres asesinadas por el mero hecho de haber nacido mujer. El día que
                                                                  empecemos a contar este drama con la misma seriedad que tratamos otros
                                                                  terrorismos la historia empezará a cambiar.

                                                                  Pero para eso hace falta cambiar la forma de contar y mirar. Lo primero
                                                                  está muy relacionado con el lenguaje y con la visibilización de las mujeres
                                                                  en todas las esferas. Para modificar la mirada hay que aprender a pensar las
                                                                  cosas desde otra perspectiva, la que se empieza a ver si uno se coloca las
                                                                  gafas violetas. No es fácil: las transformaciones nunca lo han sido.

                                                                  Lo interesante es que se ha roto el tarro y el sentir de las mujeres en la lucha
                                                                  por nuestros legítimos derechos, aquí y allá, es imparable; es global y es
                                                                  local. “El mundo, el de las mujeres, llevaba un tiempo despertando de una
                                                                  calma chicha que había durado demasiado. Y crujía por todas partes. Cada
                                                                  movimiento encontraba cada vez más réplicas y más rápidas, más sonoras;
                                                                  cada una rompía en mayor o menor escala con un prejuicio, una cifra, una
                                                                  tradición, una orden”, explica la periodista Isabel Valdés en su libro Violadas
                                                                  o muertas, un alegato contra todas las ‘manadas’. La calle no callará más: ahí
                                                                  estamos nosotras. Se vio el 8M, porque al día siguiente amanecimos con el
                                                                  asombro de una parte de una sociedad que por fin se plantea que debamos
                                                                  hablar de consejo de ministras, si somos más. Un mundo donde banqueras
                                                                  como Ana Botín confesaba hace unas semanas que sí es feminista, algo,
                                                                  decía en la entrevista, que no hubiese afirmado hace diez años.

                                                                  Sigo feliz tras la lección de la hija de un amigo. Con 8 años le pidieron que
                                                                  conjugase el verbo correr en presente de indicativo. “Yo corro/ tú corres / ella
                                                                  corre / nosotras corremos / vosotras corréis / ellas corren”, dijo. Sin darse
                                                                  cuenta, la pequeña ya ha hecho suyo que lo personal es político. Yo corro con
                                                                  ella para buscar las conexiones entre la experiencia personal y las grandes
                                                                  estructuras sociales y políticas, así se cambia el mundo. #

                     Sin darse cuenta, la pequeña ya ha hecho suyo que lo personal es político. Yo corro
                        con ella para buscar las conexiones entre la experiencia personal y las grandes

                                                    estructuras sociales y políticas



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