Page 82 - MUJERES A SEGUIR 6
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# opinión
                          y
              Laura Furones   Directora de Publicaciones, Actividades Culturales y Formación del Teatro Real



                                                         Piel     Vivimos hacia afuera. Nos relacionamos con decenas de personas al día.
                                                  adentro         Recibimos miles de estímulos por segundo, y ante cada uno tenemos que
                                                                  decidir —a menudo, rápidamente— si reaccionar a favor o en contra, si
                                                                  acogerlo o ahuyentarlo. Muchas de esas decisiones definirán nuestra vida
                                                                  de una forma que no imaginamos cuando las tomamos. Es tal la intensidad
                                                                  del mundo exterior que dar un espacio a lo que sucede de nuestra piel hacia
                                                                  adentro resulta poco menos que una heroicidad. Y, a pesar de ello (o tal vez
                                                                  por esta causa), en nuestra vertiginosa sociedad actual cada vez va ganando
                                                                  más terreno la obviedad de que ignorar lo que nos pasa no solo nos hace
                                                                  incapaces de manejar nuestras interacciones con el mundo, sino también
                                                                  extraños ante nosotros mismos.

                                                                  Como en toda asignatura, hay alumnos aventajados.  Y en esta, la de
                                                                  comprendernos para comprender, hay que buscarlos, sobre todo, en las
                                                                  formas de expresión artística. No en vano, lo que hacen en última instancia
                                                                  los creadores e intérpretes es precisamente poner a disposición (y examen)
                                                                  pública lo que viven en privado. Combinando honestidad e impudor, nos
                                                                  apelan, nos cuestionan y nos conmueven.

                                                                  Al Teatro Real de Madrid ha llegado un buen ejemplo de ello: Only the
                                                                  Sound Remains es el resultado de la colaboración de una compositora
                                                                  finlandesa, Kaija Saariaho, y de un director de escena estadounidense,
                                                                  Peter Sellars. Apasionados exploradores de los universos interiores, juntos
                                                                  conciben esta nueva ópera basada en el teatro japonés del noh. Ante tanta
                                                                  diversidad cultural, parecería imposible llegar a un punto de encuentro.
                                                                  Pero ellos saben que las personas somos mucho más parecidas de lo que
                                                                  nos creemos. Nuestros anhelos, nuestras desdichas y nuestras dudas son el
                                                                  verdadero esperanto de nuestra especie, y ese es el idioma que ellos hablan.

                                                                  Only the Sound Remains nos propone dos historias separadas pero con un
                                                                  tema común: la desaparición. En la primera, las plegarias de un sacerdote
                                                                  atraen al fantasma de un guerrero, que le confiesa el tormento que sufre aún
                                                                  ante los recuerdos de la batalla en la que falleció. En la segunda, un pescador
                                                                  encuentra el manto de plumas de un ángel, y solo accede a devolvérselo si
                                                                  este último baila una danza celestial. Ambos personajes cierran sus respectivas
                                                                  historias desvaneciéndose y dejando atrás solo un rastro de sonido.

                                                                  No parece una coincidencia que sea precisamente la cuestión de la
                                                                  desaparición la elegida para una obra que busca indagar en nuestras vidas
                                                                  interiores.  A primera vista podría parecer un tema relegado a momentos
                                                                  dramáticos puntuales, pero lo cierto es que es más bien una corriente de
                                                                  fondo que va zarandeándonos con mayor o menor fuerza a lo largo de nuestra
                 Foto: Javier del Real / Teatro Real              pulsión más íntima, es que tenemos que resignarnos a que desaparecen los
                                                                  existencia. Si hay algo que encarna, más que ninguna otra cosa, nuestra

                                                                  nuestros y desaparecemos nosotros. Aceptar con todas sus consecuencias algo
                                                                  tan terrible es, paradójicamente, lo que nos abre la puerta a vivir plenamente.#

                                                                  [Only the Sound Remains se representa en el Teatro Real desde
                                                                  el 23 de octubre hasta el 9 de noviembre].


                          «Si hay algo que encarna, más que ninguna otra cosa, nuestra pulsión más
                           íntima, es que tenemos que resignarnos a que desaparecen los nuestros y
                                                       desaparecemos nosotros»




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