Page 47 - MAS 8
P. 47
“¡No pasa, no pasa!” Lo grita el público que asiste al derbi Gatas-Ingles de
Acero, una suerte de Madrid-Barça con coderas, cascos, pinturas de guerra,
tatuajes y hasta purpurina. En la pista, Nenaza, Malas Formas, Monjigata
o Bambi Killer se encargan de cumplir el mandato del público: hay que
bloquear a la jammer del equipo contrario y allanar el camino a la propia.
Para ello hay que abrirse paso a codazos y las demás te tienen que ayudar.
Así es el roller derby en dos líneas, pero tiremos del hilo. Se juega en patines
de cuatro ruedas y lo trajeron a España las mujeres, porque es eminentemente
femenino desde su nacimiento en los años veinte en Estados Unidos.
Recuperó fuelle en los dos mil y se practica aquí desde hace menos de una
década. Va de velocidad y contacto: cinco jugadoras por equipo en una pista
elíptica y dos tiempos de treinta minutos, que se dividen en carreras que
pueden durar un máximo de dos minutos llamadas jam.
Las jammers son las únicas que pueden marcar puntos y se las distingue
por una estrella en su casco. El resto son bloqueadoras y su papel es cortar
el paso a la corredora contraria. Las jammers marcan puntos cada vez que
superan la barrera de contrincantes. “Nos gusta definir el roller derby como
un deporte femenino de contacto porque, aunque hay equipos masculinos,
nació y es predominantemente femenino”, cuentan las integrantes del
equipo madrileño Las Gatas. “En el mundo del deporte suele ser una
excepción, aunque ahora las cosas están cambiando”.
Cambian, pero no van sobre ruedas: “El deporte base lo practican más niñas
que niños, pero según crecen, en el instituto y en edad universitaria, ellas
van abandonando”, explica Pilar Calvo, campeona de España de tiro al plato
y secretaria general de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional
(AMDP). Tiran la toalla a tal ritmo que solo un 23% de las fichas federativas
son de mujeres, según los últimos datos del Consejo Superior de Deporte,
correspondientes a 2015. La cifra es apenas dos puntos superior a la de
2012. “Ellos ven el deporte como su espacio habitual, un espacio amable.
Salvo excepciones como la gimnasia rítmica, el patinaje artístico o la natación
sincronizada, en los que ellas se sienten cómodas, las estadísticas dicen que
las chicas lo dejan en la adolescencia mientras ellos siguen quedando para
jugar una pachanga y practicar deporte como algo esencial en su día a día.
Las chicas priorizan estudiar”, asegura Cristina López Villar, profesora de la
Facultad de Ciencias del Deporte y Educación Física de la Universidad de
La Coruña y autora del libro Pioneras del deporte en Galicia.
En el roller hay golpes, caídas y codazos pero es en realidad un espacio
amable. Llevan la inclusión y la diversidad por bandera de manera tan literal
que al inicio de los encuentros algunos equipos hacen su presentación
patinando por la pista con banderas LGTBI o feministas. “En el roller derby
llevan la inclusión todo el mundo tiene su lugar en el equipo, tanto dentro como fuera de la
y la diveRsidad poR pista. No importan los cuerpos de cada jugadora. Es algo que hacemos
bandeRa de maneRa nosotras para nosotras, ‘by the skaters, for the skaters’”, explican las
tan liteRal que al inicio jugadoras. Funcionan bajo la normativa de la WFTDA (Women’s Flat Track
Derby Association), que en una declaración recoge el compromiso de este
de los encuentRos deporte con las prácticas inclusivas y antidiscriminatorias con perspectiva
algunos equipos de género. “Y esto también es muy importante para nosotras”, dicen.
hacen su pResentación
patinando poR la pista Cristina López Villar cree que un rasgo importante de disciplinas como
el roller derby es precisamente esa atención a la diversidad. “Son nuevos
con bandeRas lgtbi o deportes que apuestan por una visión más plural, por cómo debería ser la
feministas sociedad. En Galicia, por ejemplo, tenemos una liga de fútbol gaélico [un >>
47