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más autoridad de cara a las organizaciones internacionales, nos
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                                                                     tierra. Ante la escasez de recursos, la convivencia se ha convertido
                                                                     en el reto fundamental, y son las mujeres las que están impulsando
                                                                     la cohesión y facilitando la integración con las comunidades
                                                                     agrícolas y de pastoreo tradicional del entorno. Sin ellas podría
                                                                     haber saltado la chispa del conflicto en cualquier momento. Las
                                                                     mujeres son especialmente activas en Mbera: desde organizarse
                                                                     en cooperativas que trabajan en los campos, hasta trabajar como
                                                                     panaderas, modistas o peluqueras.

                                                                     Son  maravillosos  los  espacios  de  Save  the  Children  para  los
                                                                     más pequeños. Espacios seguros de juego y aprendizaje donde
                                                                     las madres pueden dejar a sus hijos mientras trabajan en las
                                                                     labores básicas. También fue muy gratificante visitar el centro de
                                                                     conectividad de la organización y ver la ilusión con la que muchos
                                                                     jóvenes aprenden informática. Es durísimo ver que muchos de
                                                                     ellos llevan años sin salir del campo y no han vivido otra cosa.
                                                                     Su única oportunidad de conocer un mundo mejor está en los
                                                                     proyectos de protección y educación de Save the Children.


                                                                     El futuro del campamento y del distrito local de Bassikounou,
                                                                     que juntos equivalen a la cuarta localidad más poblada del país,
           grandes bidones. Muchos no van a la escuela y colaboran en estas   depende de la cohesión pacífica de ambas comunidades. La labor
           tareas para subsistir.  Una de las recomendaciones del equipo   de acceso a la educación que la organización hace en Bassikounou
           de seguridad fue: “No llevéis la botella de agua a la vista en la   está siendo decisiva para facilitar esa integración y favorecer
           mochila, sería un signo de ostentación”. Muy triste.      cambios sociales duraderos.

           En el campo de Mbera, en Mauritania, hay más de 67.000    Y, sin duda, lo que más me conmocionó de todo el viaje fue asistir
           malienses que se han visto obligados a dejar sus hogares por un   a una de las clases en la Escuela de Alfabetización de Mujeres
           conflicto que empezó en 2012 y no tiene visos de fin. Los primeros   que Save the Children mantiene, en colaboración con Unicef,
           llegaron huyendo de la guerra hace una década y en el primer   en Bassikounou.   Al entrar en la clase, íbamos acompañadas
           trimestre  de  este  2022  lo  hicieron  cerca  de  7.000  desplazados   por el equipo local y el traductor, que nos presentó a Isla y a
           más. Impresiona ver en qué condiciones llegan al punto fronterizo   mí como las “directoras de Save the Children” que veníamos
           de Fassala, donde son registrados y se les asigna un espacio en el   a conocer el centro. Al principio estaban algo serías y un poco
           campo. Son poblados enteros que vienen huyendo del yihadismo,   retraídas, pero muy pronto conectamos, creándose una atmósfera
           de la violencia y el horror. La mayoría, mujeres y niños, madres   de complicidad muy especial y una conversación fluida. Incluso
           desesperadas y valientes que dejan todo atrás para proteger a sus   nos preguntaron si podíamos enseñarles francés, además de
           hijos. Creen que su estancia en el campo será temporal, pero la   a sumar, restar, leer y escribir, para que en nuestra próxima
           realidad es que la mayoría acabarán quedándose allí muchos años.   visita pudiéramos hablar directamente entre nosotras. Fue tan
                                                                     impactante para mí que al meternos en el coche de vuelta a la
           Me doy cuenta de que la vida en Mbera es un reto diario de   base no pude evitar emocionarme y la garganta se me agarrotó
           supervivencia. Viven sin electricidad, con pocas letrinas y   como nunca impidiéndome hablar durante un buen rato.
           sin  suministro de agua.  Al  menos, gracias  a la cooperación
           internacional, obtienen unos litros de agua y unas raciones de   Se mostraban admiradas de ver a mujeres dirigiendo a hombres.
           comida por familia al día. La asistencia sanitaria y el acceso a   La verdad es que fueron ellas las que nos dejaron impresionadas
           educación en el campo también están garantizados a día de hoy.  a nosotras por su hambre de aprender y su ilusión por progresar.
                                                                     Nos decían muy convencidas que ellas querían convertirse en
           Con el conflicto en Mali fuera de control, Mohamed Ag Malha,   referentes dentro su comunidad, especialmente para sus hijas.
           conocido como Momo, líder de los refugiados e interlocutor con   Una auténtica lección de vida. #


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