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# cultura








      >>  fue otro cantar. “Hay escenas que dibujé en medio de ataques de
        pánico”, recuerda. Lo más complicado fue plasmar a Alberto, su                          «NO VOY A DECIR
        progenitor. “La primera vez que le dibujé me di cuenta de lo difícil                    QUE ME CURÓ Y
        que iba a ser el libro”, explica. “Cuando lo escribí salió todo muy                     AHORA TODO SEA
        rápido, muy fluido y pensé, ‘esto en un año ya está hecho’. Pero
        dibujarlo llevó más tiempo”. Al final fueron necesarios tres años                       MARAVILLOSO, PERO
        de duro trabajo para poder terminar la novela.                                          ESCRIBIR EL LIBRO
                                                                                                HA SIDO UNA BUENA
        En el cómic, Gato recurre a la fantasía para poder describir los                        TERAPIA»
        duros momentos que vivió. Nos enseña a Lucía transformándose
        en una heroína que empuña una espada para luchar contra
        sus demonios. También aparecen una especie de ratones
        antropomórficos que le tapan los ojos cuando su padre se mete
        en su cama: ‘No veas, Lucía. Para esto sos muy chiquita’, le dicen.   de este libro y sabe que habrá más, que voy a contar la historia
                                                                  tal cual fue y no voy a decir cosas bonitas de ella”. Su plan es que
        “Mi vida no era un infierno todo el tiempo. También jugaba, tenía   esta novela forme parte de una serie de cuatro libros. Del segundo
        amigas”, relata. “Pero al mismo tiempo tenía miedo de que me   ya ha escrito un primer borrador.
        abrazasen. No me gustaba que me tocasen. Había un montón de
        indicios de que era una nena abusada. De hecho, se lo llegué a   En la novela narra también las continuas peleas de sus padres,
        contar a una amiguita”. Habla de un momento que describe en   que acabaron divorciándose cuando tenía unos 7 años, aunque
        el cómic, cuando la madre de una amiga le cuenta a su madre   no por los abusos, que, de hecho, continuaron unos cuantos años
        que mientras las niñas jugaban, la había oído preguntarle a su   más. “Me traía muchos problemas ver a mi progenitor, siempre
        hija si su “papá también le tocaba por debajo de la ropa”. Su   volvía llorando a casa. Recuerdo una vez, a los 15 años, que me
        progenitora, como Gato se refiere a ella, decidió mirar hacia   tocó y lo vio mi hermano. Fue algo terrible”. Nunca le llamó
        otro lado. “Es muy fuerte aceptar que tu marido está abusando   papá, siempre Alberto. Su nombre y el de su psicoanalista son
        de tu  hije. No puedo decir cuáles fueron sus motivos, pero   los únicos que no ha cambiado en la historia. “Poder ver a mi
        básicamente decidió no hacer nada”, explica. “Tan solo me mandó   abuela era el único motivo por el que seguía viéndole”, explica.
        a terapia, por las dudas”. Ahora han retomado el contacto, aunque   Cuando ella falleció “terminó de volverse loco”, asegura. “Me
        considera que nunca podrán tener una relación normal. “Estamos   mandaba mensajes, como si fuera su examante, varias veces al
        reconstruyendo una relación a partir del momento en el que ha   día. Empecé a no salir de casa, a no salir de la cama, a tener
        reconocido haber cometido un error gigante. Sabe de la existencia   alucinaciones y ataques de pánico”. Todo hasta que Gato decidió
                                                                  poner tierra de por medio y escapó de casa de su madre. Tenía
                                                                  20 años. “Mi progenitora siempre decía que iba a hacer algo al
                                                                  respecto, pero nunca hizo nada. Al final decidí marcharme y no
                                                                  tener más contacto con ninguno de los dos”.
        «MI VIDA NO ERA UN
        INFIERNO TODO EL                                          Gato  admite  tener  depresión  crónica  y  trastorno  de  ansiedad,
        TIEMPO. TAMBIÉN                                           pero siente que contar su historia le ha ayudado. “No voy a decir
        JUGABA, TENÍA                                             que me curó y ahora todo sea maravilloso, pero escribir el libro
        AMIGAS. PERO, AL                                          ha sido una buena terapia”. Además, la recepción ha sido muy
        MISMO TIEMPO,                                             buena por parte del público, porque, aunque en España acaba de
                                                                  editarse, en Francia, Italia, Brasil y Argentina salió hace un año.
        TENÍA MIEDO DE QUE                                        “Me escribió una cantidad enorme de gente, tanto supervivientes
        ME ABRAZASEN.                                             de abuso como personas a las que les hizo sentir cosas”, dice. “No
        NO ME GUSTABA                                             me considero más valiente que otras personas por haber contado
        QUE ME TOCASEN.                                           mi historia. A veces escucho: ‘Son guerreres, son seres de luz, son
        HABÍA UN MONTÓN                                           especiales por todas las cosas que les pasaron’. Y no es verdad. Yo
        DE INDICIOS DE                                            soy una persona normal que pasó por algo por lo que no tendría
                                                                  que haber pasado. Puedes decidir sobrellevarlo o no hacerlo. Por
        QUE ERA UNA NENA                                          eso el libro está dedicado a todes les que están sobreviviendo al
        ABUSADA»                                                  abuso y a les que no sobrevivieron”. #



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