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# opinión

              Natalia Cazcarra | Fundadora de la consultora Her




                     La mujer no entiende de
                               dinero. Y el dinero,

                           ¿entiende de mujer?                    ¿qué va a suceder?  Y, sobre todo, ¿cómo va a suceder? ¿Qué

                                                                  necesidades y preferencias va a tener la mujer mientras se va
                                                                  intensificando esta relativamente nueva relación con el dinero?
        Las  mujeres  no  entendemos  de  dinero.  El  informe  del  Banco
        de España así lo atestigua: a igual formación, mismo nivel   Un informe publicado en plena pandemia por McKinsey no
        socioeconómico, edad o área geográfica, la diferencia la marca el   podía ser más revelador: activos valorados en 10,9 billones de
        género, y las mujeres se sienten más inseguras que los hombres en   dólares (trillions americanos) habían pasado abruptamente de
        lo referente a sus conocimientos financieros (Banco de España,   los americanos babyboomers a sus viudas. Pues bien, siete de
        enero 2021).                                              cada diez viudas cambiaron de asesor financiero en el primer
                                                                  año. ¡El 70%! El propio informe concluía que las viudas buscaban
        El cierre de la brecha sucederá tarde o temprano, porque ese   para  esos  7,63 billones un  asesoramiento  alternativo  al  que
        incremento  de riqueza  que  provocaría (2.133.013  millones,   hasta entonces sí había satisfecho a sus maridos. Para 2030, el
        equivalentes  al  15,8%  del  PIB  en  España,  según  el  informe   previsible traspaso de boomers americanos a sus mujeres –que
        ClosinGap  2023)  merece  la  pena  social  y  económicamente;   son de media dos años más jóvenes y cinco años más longevas
        pero mientras esto sucede —nos negamos a aceptar los 39 años   que ellos— llegará a los 30 billones, una cantidad similar al PIB
        estimados en este mismo estudio— y se alcanza la paridad,   estadounidense.


                                                                  La oportunidad crece en la misma medida que la tarta, y la
                                                                  mujer hoy no se queda quieta. En una investigación propia
                                                                  (Her, septiembre 2022) preguntamos a más de 400 mujeres si se
                                                                  sentían a gusto gestionando sus propias finanzas. El 23,9% afirmó
                                                                  que sí. Incluso un 3% se consideraba lo suficientemente experta
                                                                  como para asesorar a otros. Pero el 74% restante reconocía que
                                                                  tenía  que pedir ayuda.  Ahora  bien,  cuando  preguntábamos si
                                                                  querían que sus hijas fueran expertas financieras, el resultado
                                                                  fue un atronador 96% de síes. ¡Qué grandes aceleradoras!  Muy
                                                                  coherente, en mi opinión, con el histórico consejo de madres a
                                                                  hijas: “Hija, tú sé independiente”. ¡Gracias, mamás!

                                                                  Tenemos otras weak o no tan weak signals sobre cómo la mujer
                                                                  aborda su relación con el dinero de distinta manera: siente,
                                                                  en general, más aversión al riesgo, es menos proclive a pedir
                                                                  créditos, también menos morosa si finalmente los pide (quiero
                                                                  pensar que eso tendrá recompensa a la hora de pedir créditos
                                                                  e hipotecas) y que, incluso en los territorios más innovadores y
                                                                  tecnológicos, repite. Busca menores riesgos, pide menos capital
                                                                  semilla y obtiene menos financiación de facto por los canales
                                                                  clásicos. Solo el 7% del venture capital financia iniciativas de
                                                                  emprendedoras (informe sobre la brecha en el emprendimiento
                                                                  innovador de ClosinGap 2024). Afortunadamente, la aparición
                                                                  de redes de  business angels  para mujeres como SWAN o
                                                                  WA4STEAM están consiguiendo que el dinero  empiece a
                                                                  querer entender a la mujer. #


                    «La mujer aborda su relación con el dinero de distinta manera: siente, en general,
                   más aversión al riesgo, es menos proclive a pedir créditos, también menos morosa si
                                                        finalmente los pide»




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