'El pueblo en el que nunca pasa nada' (televisión e internet) |
Miravete de la Sierra existe, como Teruel, provincia en la que está situado este apacible pueblo, a 67 kilómetros de la capital, en plena comarca del Maestrazgo. La vida de los doce lugareños que habitan este recóndito paraje se transformó por obra y gracia de la publicidad el pasado mes de septiembre cuando, tras las primeras apariciones, sólo en los canales temáticos de pago, de una sorprendente campaña que giraba en torno a esta localidad, el pueblo se llenó de cámaras de televisión y micrófonos radiofónicos en busca de la verdad que se escondía tras una acción que invitaba a hacer de Miravete un lugar de vacaciones.
Pero antes de la fama (sus habitantes han protagonizado minutos en los informativos de las cadenas nacionales y páginas en la prensa), los doce miravetinos ya habían conocido de primera mano el mundo de los rodajes, las cámaras y los guiones, aunque todo ello supeditado al ritmo que imponen el ordeño, la siesta o la partida de mus. El pueblo fue descubierto por el equipo de Shackleton en su búsqueda de un idílico lugar para dar vida a un experimento publicitario. Detrás está Conect, la asociación que agrupa a la mayoría de los canales temáticos de pago que emiten en España y el objetivo oculto no era otro que demostrar su eficacia publicitaria.
Estrategia y eficacia
Una curiosa y a la vez sofisticada estrategia en la que todo estaba perfectamente planificado aunque a punto estuvo de fracasar de puro éxito. Sustentada en un no menos elaborado plan de investigación que pretendía demostrar, entre otras cosas, la potencialidad de la televisión de pago en un plan de medios para el lanzamiento de un producto o el poder de prescripción de una audiencia, la de estos canales, que tiene unas características diferenciales que la convierten en un deseado target para las marcas, la campaña requería de unos plazos mínimos para poder llevar a cabo los diferentes estudios que servirán de argumento de ventas a los canales. Pero la popularidad que en pocos días alcanzó la campaña, la web creada específicamente para ésta (www.elpuebloenelquenuncapasanada.com) y los habitantes de este pacífico lugar, hizo peligrar seriamente el desarrollo natural de la acción.
Conect y Shackleton, con el apoyo incondicional de los doce habitantes de Miravete de la Sierra, supieron reaccionar y contaron, si no una mentira, sí una verdad a medias: aquello era un experimento publicitario, el pueblo es real y la intención de que se convierta en destino turístico privilegiado, también. El resto será objeto de una presentación en toda regla de los resultados de esta exhaustiva investigación que toca distintos aspectos. Sólo como avanzadilla: el grado de conocimiento de Miravete de la Sierra ha pasado del 1% al 4,5% del total población en tan sólo el tiempo que ha durado esta campaña, y el grado de recuerdo de ésta alcanza volúmenes de hasta el 50%. Eficacia demostrada, ¿no?