Hoy arranca la vigesimoquinta edición de El Sol, que llega con mejores perspectivas que la de hace un año en lo que a su dimensión como evento se refiere, en sintonía con un sector que, aunque todavía acusa las consecuencias de la crisis, parece que empieza a recuperarse a paso lento.
Por un lado, se ha contenido la fuerte caída de piezas inscritas producida en la pasada edición (un 33%), alcanzando la cifra de 2.272, lo que supone un recorte del 9% menos. Por otro, el número de delegados asistentes una semana antes del inicio del festival había crecido un 10%, aunque hay que tener en cuenta que éste es un cómputo que no se cierra hasta última hora porque las inscripciones se suceden hasta ese momento.
En total, este año participan piezas de diesiete países (entre los que alguno lo hace por primera vez). España representa el 51% de todo el trabajo presentado a concurso (un 16% menos que el año pasado), en un reparto que tiende cada edición a equilibrarse más entre piezas locales y foráneas.
Por secciones, las de Televisión y Cine, Medios, Marketing Directo y Relaciones Públicas y Platino, han aumentado el número de inscripciones respecto al pasado año, mientras que el resto, en mayor o menor medida, han mantenido la tendencia decreciente.