Madrid ha sido escenario de una intervención urbana ideada por estudiantes de la escuela de creatividad The Atomic Garden (TAG) para denunciar, de forma simbólica, el colapso del sistema sanitario público. Bajo el nombre Mi salud no espera, la campaña ha llenado puntos clave de la ciudad con colas simuladas y mensajes que apelan a la urgencia de atender a más de un millón de personas en listas de espera médicas en la Comunidad de Madrid.
Los responsables de esta iniciativa (Sofía Parenti, Peio Larrinaga, Gabriela Bolado, Javier Pérez-Alcalde y Berta González) han colocado pegatinas en lugares aún vacíos y desplegado carteles justo cuando comenzaban a formarse largas filas reales, generando un paralelismo directo entre la espera cotidiana y la que sufren los pacientes del sistema de salud.

Impacto visual y emocional
Mensajes como “Si se te hace largo esperar por lo que quieres, imagínate esperar por lo que necesitas. Más de 1 millón de personas esperan su cita médica cada día” o “Puede que hoy esperes 2 horas, pero hay quien se pasa la vida esperando. La media de espera para quirófano en Madrid es de 60 días” lograron captar la atención de viandantes y usuarios de redes sociales.
Esta acción ha contado con el respaldo de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), y provocó reacciones de empatía y reflexión.
La acción llamó a la conciencia de los que se toparon con esta iniciativa, pues los testimonios recogidos durante la intervención reflejan la crudeza de la situación: “Mi madre falleció porque cuando le dieron la cita era demasiado tarde” o “Yo tuve cáncer y pasé tres meses esperando”.
Creatividad con compromiso
Lejos de ser una protesta convencional, la creatividad de Mi salud no espera propone una reflexión directa sobre la gestión del tiempo en la atención médica, como una llamada de atención. “Un recordatorio”, señalan sus impulsores, “de que la salud no puede seguir esperando, porque el tiempo que se pierde en una lista, muchas veces, es tiempo de vida”.

