La celebración de los '4 sentidos' es una de esas experiencias que tiene la publicidad por las que agradeces haberte podido dedicar a esto. Una historia real que tiene tantas aristas como el que lo esté viendo. En un primer impacto, uno puede pensar que se trata de una historia sobre (otra historia) discapacidades; sin embargo, cuando lo entiende realmente, se da cuenta de que es sobre todo lo contrario. Es una historia sobre la sobrecapacidad que tenemos todos para disfrutar lo que podamos de los placeres de la vida. Una devolución, en forma de historia de amor, de unos hijos a sus padres. Independientemente de cómo sean esos padres, eso es anecdótico. Es el sentimiento de gratitud que cualquiera de nosotros puede sentir sólo hacia las personas que te mostraron por primera vez la vida. Y, sobre todo, es una reflexión de la marca sobre un tema demasiado actual para mi gusto.
En este mundo puedes ser de los que viven quejándose por lo que no tienes o de los que celebran, comparten y disfrutan. Eso atraviesa las clases sociales y las culturas, y es todo lo contrario de lo que cierta cultura de la industria de la alimentación quiere imponer. Cuando nos dicen que, si no tienes tal componente hecho en laboratorio tus huesos van a romperse, o que si no puedes ofrecerle a tu gente caviar de beluga todas las noches no podrás alcanzar la felicidad.
En esta idea, además de volver a agradecérselo a Jaime y a su equipo por haberla empujado tanto, quiero agradecérselo también a Rebeca y Brother que se dejaron el alma y la sensibilidad rodándola, al equipo de la agencia que tiene un cuidado y un cariño fundamental en este tipo de proyectos. Nobleza obliga nombrar a Aldo Antonietti, co-creador de la idea en una sobremesa obviamente bien servida a altas horas de la noche, y a mi madre (si disculpas) quien hizo que pudiera entender que la vida hay que vivirla con suficiente intensidad.
Leandro Raposo
Director General Creativo de McCann Erickson España
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