Era El guardián entre el centeno. También era El guardián el libro que leía el perturbado que intentó asesinar a Reagan. Espero que si aún no lo has leído y lo haces, te inspire alguna cosa menos relacionada con el asesinato. Aunque trabajando en publicidad es lógico que tengas ganas de matar. Igual te sirve para descubrir un lenguaje nuevo, infantilmente radical, brutalmente coloquial. Directo, sencillo, espontáneo. Que se lee como si lo estuvieras escuchando y no leyendo. Vaya, que te llega. Y como ahora estamos envueltos en una marabunta de casos, iniciativas e inventos hay que recordar que en realidad sólo nos dedicamos a eso, a llegar a la gente. Aunque lo que diría Holden Caulfield, el protagonista de El guardián entre el centeno, si se enterara de que se me ha ocurrido recomendar que la gente lea su historia sería: "Para serte sincero, me da cien patadas". |
Otras noticias
Lecturas para el verano: 'El guardián entre el centeno'
Algunos creativos nos recomiendan un libro que les haya marcado. Hoy le toca a Nacho Guilló