Tibor Fischer | Humor inglés. Y del bueno. ¿Qué más se puede pedir? “Antiguamente entendías mejor la vida. Recuerdo a mi abuela decir: “Me pasé años deseándole la muerte a tu abuelo, pero ahora andamos mal de dinero”. Fisher es adictivo, rápido y muy cínico. Un británico como Dios manda. Y hablando de Dios, (de eso trata el libro), Tyndale, un divorciado cuarentón, tras varios intentos de ser una persona honrada, viaja a un Miami súper kitsch y decide salir de su cochambrosa mediocridad convirtiéndose nada más ni nada menos que en Dios. Para ello contará con la parroquia del Cristo Fuertemente Armado (ya el nombre promete) y con una serie de personajes memorables. *Quiero hacer una mención especial a los DJs subnormales con pretensiones de gangsters. El personaje es una especie de Ignatius Reilly de nuestros días. Es un pseudo-perdedor, y todos nos sentimos un poco identificados con él. “Intenté ser una persona honrada. Lo intenté durante mucho tiempo...de verdad que lo intenté, pero no funcionó”» La publicidad hoy en día, también tiene este punto cínico y desgarrado. A la gente le vienen mal dadas. Y morir y resucitar es lo que hay que hacer prácticamente a diario. Como Tyndale. Como Dios. Natalia Vaquero |
