Soy Andrea Hernando Segovia y estoy estudiando mi último año de Publicidad y Comunicación Audiovisual en la Universidad Europea. Hace tres años comencé a participar en festivales publicitarios como estudiante, y hoy estoy representando a España en el Festival de Cannes Lions gracias a la Universidad Europea y a Grupo Consultores con la Beca Roger Hatchuel Academy.
Llegué a Cannes hace dos días y de lo primero de lo que me di cuenta es que la gente, en cuanto baja del avión, inmediatamente sustituye sus apellidos por su agencia y el país en el que trabaja. Aquí a la gente se la conoce por lo que hace, más que por lo que dice. Definitivamente no es zona de confort para un estudiante, pero creo que, precisamente, esa sensación es adrenalina que nos empuja a intentar las cosas una y otra vez sin perder la ilusión de conseguir algo grande.
El domingo cuando fui a recoger mi acreditación y pensé que “Lo que pasa en Cannes definitivamente no se queda en Cannes”.  La gente con la que había coincidido en mi vuelo me saludaba como si nos conociéramos de toda la vida: “Oye ¿Qué tal está tu madre?... ¿cómo están tus leones?“
Ya con la acreditación colgada en el cuello, sientes que llevas un sello de identidad. Claro que no conoces a todas las personas del evento, pero muchas te sonríen si pasan a tu lado e identifican tu acreditación o la bolsa del festival. Es curioso porque la mayoría de publicistas que asisten son extranjeros, pero somos tantos que pareciera que la ciudad es nuestra. Aunque debo decir que parece que más de uno se siente como en casa. El caso es que da igual donde mires, siempre hay un publicista.
Recomiendo la aplicación Cannes Lions. Probablemente tendrás que elegir entre varias conferencias porque hay muchas y es imposible asistir a todas. Hay actividades a cualquier hora, aquí la gente “mucha fiesta y cero siesta”. Y cuando digo mucha fiesta, me refiero a que también se solapan unas con otras. Probablemente se celebre el festival a la orilla de la playa para que las gafas de sol, expertas en disimular las grandes resacas, estén justificadas y nadie sospeche nada.
El domingo estuve en una conferencia llamada Zen meets Animé, patrocinada por Hakuhodo,  donde Kentaro Kimura, Co-CEO de la agencia, mencionaba que “la publicidad funciona como un espejo de la cultura de cada lugar”. Dentro de la cultura japonesa la agencia identificó dos ramas que parecen ser opuestas, pero que unidas han conseguido las mejores campañas de la empresa:lLa cultura Zen, que simboliza la belleza y lo simple, y la cultura Animé, que representa un mundo caótico y recargado de color. De alguna manera, tengo la sensación de que este contraste también lo podemos encontrar en el ambiente festivo-profesional de Cannes. Uno de los casos de éxito que presentó la agencia, y que a mí particularmente me pareció muy bueno, fue “Trend Coaster” para Yahoo Japan.
La experiencia de los primeros días me permite decir que es buena señal que el miedo se transforme en inspiración para trabajar muy duro y poder llegar a donde queremos llegar. O en mi caso, tengo claro que para llegar a donde quiero, sin duda, tendré que volver a este lugar.