La inteligencia artificial es su imperio romano. Uno acaba de venir de grabar un pódcast y el otro, de participar en una mesa redonda, por supuesto, en ambos casos, centrados en la tecnología. La conversación fluye rápida y casi sin la necesidad de la presencia del moderador, en este caso, mero transcriptor de una charla apasionante entre dos personas que saben que están en un momento histórico, no solo para el sector, sino para la humanidad. Tanto, que bromean (o no) sobre que se hablará de antes o después de ChatGPT (o de la IA generativa) como ahora se dice antes o después de Jesucristo.