El tiempo ha pasado deprisa, y aunque parezca un tópico no puedo por menos que pensar en ello. Hoy vuelvo a sentarme a escribir para esta revista que tanto me ha acompañado en mi vida profesional.
Siempre recordaré las primeras entrevistas en agencias de publicidad, cuando en la sala de espera te encontrabas con aquella cabecera que te recordaba a lo que ibas… ¡Anuncios!.
Y yo, que siempre me he sentido un poco intrusa por no ser publicitaria de carrera, la veía como si me lanzara una mirada retadora… a la que no podía resistirme.
Aquel respeto se convirtió pronto en admiración y cariño, y de leer las tiras de Creatas & Ejecutas de Daniel Solana pasé, casi sin darme cuenta, a buscar en sus páginas información de negocio. Me resulta curioso mirar atrás, porque entonces solo podía mirar hacia delante y crecer, aprender de los grandes, que para mí eran todos, o soñar con ser grande yo también y trabajar día y noche para llegar a serlo.
Pero los tiempos han cambiado mucho y he terminado convirtiendo mi trabajo en un Side Project. Ya sabéis que se lleva mucho esto de llevar proyectos en paralelo además de tu trabajo… porque nos sobra el tiempo, pues yo he convertido mi trabajo principal en un Side Project. Ni soy rica ni me he vuelto loca, acabo de pasar por un proceso similar al que os contaba con nostalgia, y miro hacia delante con mucha ilusión y con las mismas mariposas en el estómago y las mismas ganas de aprender de los mejores. Emprender engancha tanto como la publicidad.
Cuando decidí emprender no tenía ni idea de lo que me esperaba, para bien y para mal, pero es que a mí los retos me ponen, los que me conocen como RQR lo saben bien. La vida se debió percatar del detalle y me trajo con mi emprendimiento el Alzheimer de mi suegra y el cáncer de mi hija, cosa que inevitablemente me hizo centrarme en la resolución creativa de problemas a todos los niveles. ¡Menos mal que lo tenía bastante entrenado! Y esa ha sido la clave: no poner el trabajo en el centro me ha permitido descubrir muchas oportunidades a mi alrededor.
Convivir con la incertidumbre es algo que no nos gusta demasiado, pero es curioso, yo solía decir que la publicidad es una profesión tremendamente divertida aunque muy exigente y a veces estresante, pero que llega un momento en que se te recoloca el cuerpo y eso es exactamente lo que sucede cuando das a tu trabajo un papel de actor secundario.
Aprendes que hay muchas necesidades no resueltas y que hay infinidad de proyectos interesantes que merecen ser emprendidos. Ahora todo pasa por un filtro mucho más exigente que cualquier cuenta de resultados de una agencia.
Para mí, si no aporta a la sociedad no vale, si no es honesto no vale, si no te mueve por dentro no vale, y además debe ser viable económicamente. Creo que no volvería a trabajar en una agencia de publicidad, no como las conocí, a pesar de haber pasado más de quince años en ellas y a pesar de ser años que recuerdo con emoción.
Así que vuelvo a colarme, como la intrusa que siempre fui, en vuestros despachos para recordaros que podéis cambiar muchas cosas, que no se trata de jugar a indios y vaqueros, no trabajáis con consumidores y anunciantes sino con personas. Tenéis la profesión más bonita del mundo, hacedla grande de nuevo, pero grande por las personas y por las ideas, no solo por los números.
Raquel Rivera es directora y fundadora de The Company Be y ha trabajado en compañías como Madpixel, Nurun y Wunderman, entre otras. Desde 2008 a 2011 fue columnista de Anuncios, y durante 2012 publicó en Anuncios.com el blog ‘Jamón de rana'.