No hace mucho, le pregunte a una de las mentes más brillantes de la publicidad española, fémina por cierto, que si cobraba lo mismo que un hombre. Su respuesta, aunque inteligente y veraz, fue poco reivindicativa.
- Cobro lo mismo que un hombre que valga lo mismo que yo.
A la repregunta: "¿Cómo lo sabes?" no hubo respuesta. En nuestro oficio la transparencia no se ha considerado virtud.
No hay tarifas... Además es un trabajo de chicas de la Gran Vía ( lease nueva Madison Av.) al que amamos incondicionalmente y por el que para ser honestas con nuestras emociones muchas haríamos gratis.
Con el mes de marzo llega la primavera, los árboles florecen y las señoras nos ponemos a dieta para dar la talla en la playa, la piscina o la agencia... Como poner fechas funciona muy bien a modo de alerta, en marzo toca -entre otras cosas- hablar de la precaria vida de las afortunadas trabajadoras.
Ahora en el 2015 y al hilo de la cuenta de viejas, la administración Obama hace una llamada al mundo avisando de la conveniencia de que las mujeres vuelvan a reclamar salarios iguales. Que no es lo mismo que justos.
Ya que muchos hombres y mujeres son hoy pobres aun trabajando. Solo hay que mirar a nuestro lado y ver la cantidad de becarios y becarias de casi 30 años que colaboran con nosotras a costa de vivir en un piso compartido o en la casa de sus padres o sus abuelos. Por no mencionar a los nuevos indies (los freelance de siempre) cuyos honorarios son cada vez más bajos...
No se ve aun la salida del túnel de la recesión, por lo que los que cobran por dar malas noticias a costa de todos los contribuyentes se consideran en la obligación moral y material de alertar a la sociedad de que una vez más las mujeres y los niños son los seres más vulnerables.
Ellas, las chicas, piden menos que ellos, en todo el mundo. En consecuencia pagan menos impuestos. Considerando que nosotras tenemos mayor esperanza de vida y que la pensión de viudedad va a extinguirse más bien pronto, no queda otra que actuar reclamando igualdad, esta vez salarial. Algo que puede que en dos décadas los varones agradezcan. (No dejéis de participar en Ellas suman (www.ellassuman.com), Zaragoza 29 y 30 abril. Ver para creer). En nuestra capacidad de actuar radica la posibilidad de remediar una situación que tiene solución si somos solidarias y consecuentes.
Sois las más jóvenes las más capacitadas para dar un paso al frente y sacar del armario vuestro atuendo de "porque yo lo valgo" o veréis como si no tomáis conciencia haréis bajar el precio del bótox o la butulímica que ahora tanto criticáis.
Obama ya no está a tiempo de remediar que la mayoría de las pensiones de la generación del milenio sean infrapensiones o, lo que es lo mismo, infrahumanas. Vosotras sí.
Miedo a no gustar
Me entristece ver cómo nos molesta a todas, especialmente a mí, ser tildadas de aburridas y cansinas por estar siempre dando la vara con el rollo de la igualdad. El miedo a no gustar de cualquier chica, me puede. Y así vamos, evitando reclamar justicia, porque eso afea. Pero ¿cómo sabe una chica trabajadora si cobra lo mismo que su par masculino en una cultura como la europea en la que preguntar cuánto ganas es de pésima educación?
Muy sencillo: llamando al Instituto de la Mujer donde están difundiendo una herramienta informática capaz de dar pistas. O exigiendo a las empresas más mujeres en los consejos de administración.