Hemos pasado por las dos o tres semanas (a solo tres días por semana, lunes y viernes no cuentan) en las que pasa todo en el segundo semestre, equivalentes a las mismas tres del primero. Así que voy a reseñar por encima algunas citas interesantes que han quedado sepultadas por otras concurrentes.
Por ejemplo, una mesa redonda en el Congreso Internacional de Correctores sobre la figura del corrector o asesor lingüístico en periodismo y publicidad. Rafa Antón representó a la Academia de la Publicidad y explicó cómo las grandes agencias no necesitan realmente la figura porque las piezas de comunicación masiva las ven mil ojos antes de salir. Y que donde más barrabasadas se cometen es en la comunicación comercial digital, especialmente en tiempo real. Cierto, pero hay otros mundos: cientos de agencias de ámbito más reducido de las que muchas veces salen sacrilegios lingüísticos. Lo malo es que estas no tienen para pagar un asesor. Además, todo escribano echa un borrón. No se me olvidará que un cliente concienzudo en las correcciones me enseñó que no se dice ordenador de ‘abordo', sino ordenador 'de bordo'. Lógico. Pues miren los catálogos de vehículos a ver cuántas veces está expresado correctamente.  Por hacer la prueba le envié una nota de prensa cualquiera salida de una buena agencia de relaciones públicas a un corrector y me la devolvió con tres errores graves y cuatro recomendaciones para treinta líneas.
Otra cita sorprendente fue la tercera Conferencia de Marketing de las Artes. Solo estuve una mañana y pude comprobar cómo hay un nivel profesional excelente en España (Matadero) y fuera (Tate Galleries y otros ejemplos). Y, sobre todo, una enorme capacidad para solventar con ingenio las restricciones presupuestarias más crudas, pues no fue nunca la cultura un negocio de grandes márgenes. Así que, quien busque inspiración, que no se la pierda el próximo año, aunque se convoque en esas tres semanas fatídicas.
David Torrejón es director editorial de Publicaciones Profesionales