Los hombres y las mujeres de la Avenida Madison se han colado en el discurso del rey de los discursos, Barack Obama. Una vez más la influencia de la Mad people ha llegado al Congreso de los Estados Unidos. Obama mentaba Mad men para reclamar la igualdad de remuneración para la mujeres, que pese a representar la mitad de la fuerza laboral aún cobran 77 centavos por cada dólar que un hombre gana. "Es hora de acabar con políticas que parecen sacadas de un episodio de ‘Mad men'", dijo. Y lo dijo justo cuando la serie llega a su etapa final. Cuando está a punto de estrenarse en USA su séptima y última temporada. Un final seguro que se nos dispensará en dos entregas de siete episodios. El principio, esta primavera y El fin de una era, para la primavera del 2015. ¡Qué ganas de verlo! Ahora que ya nadie duda que esa era ha acabado. Una era que sirvió entre otras cosas para crear nuevas profesiones, como la nuestra.
Tengo el honor de haberme formado en una de las cincuenta mejores nuevas universidades del mundo, la Autónoma de Barcelona. La número 10 de este ranking. Aún recuerdo el primer día de clase cuando al preguntar a más de cuatrocientos estudiantes de CCII quién iba a estudiar Publicidad, solo hubo una mano levantada, la de Susana Otín. Acabamos 40 en el 82. Entre ellos Jordi Calvet y Richard Wakefield.
"Una madre merece tener un bebé sin necesidad de sacrificar su trabajo" dijo el presidente de USA poniendo como ejemplo la serie que cuenta cómo fue la vida de los padres de nuestra profesión. Una forma de vida que Obama ya no quiere para sus hijas. Y nosotras tampoco. USA es aún el espejo en el que todos los Mad del mundo nos miramos. La televisión, o mejor dicho el medio audiovisual, vive un gran momento gracias a series como Mad men, The walking dead, Breaking bad además de otras tantas europeas y españolas. Porque nos gustan las historias. Porque el cine-tv es evasión, es como vivir un sueño. Porque la calidad vende. Porque el consumidor inteligente elige con criterio confiando en sus influyentes. Y porque el talento y el dinero-recursos se notan y se agradecen. El año que viene quizás veamos a Don Draper tocar suelo. Todos aquellos veteranos-as, como yo, que coincidieron con alguno de sus clones ya en declive, vamos a echar de menos a Sterling Cooper. Nos quedarán los DVDs, el libro, las muñecas de Mattel y la esperanza de haber contribuido a construir un mundo mejor. Un mundo en donde las universidades están llenas de futuros Mad de periferia. Nuevos creativos y creativas que comparten pupitre, oficio, familia y problemas laborales. Que trabajan con independencia para clientes independientes. De profesores que se reinventan y encuentran hueco inspirando a otros, brindando aliento creador. De consultores que asesoran a políticos o empresarios micro. Este año la inversión en publicidad ha empezado a crecer. La burbuja se pinchó, para bien. A nadie se le escapa ya la trascendencia de la comunicación. Cada vez hay más clientes formados en nuestro oficio, con quien poder hablar de igual a igual. Cada día amanece con nuevas oportunidades de reivindicar calidad y dinero, el justo, pero también el necesario para ofrecer valor. La publicidad es necesaria, pero aún más necesarios son los publicitarios y publicitarias.
Peter Seeger, el patriarca del folk, acaba de morir. Todo un Pepito Grillo para los padres de los baby boomers, que quizá no conozcan los Millennials… Autor de canciones como If I had a hammer o Turn, turn, turn. Preciosas, ingenuas. Músicas que a día de hoy sirven para recordarnos lo mucho que hemos crecido para bien y lo mucho que han aprendido los que nos preceden. Solo hay que escuchar. Algo se haría bien en la Avenida Madison... Gracias jóvenes. Vosotras y vosotros sois el presente ¿Para cuándo una serie de publicitarios españoles a ese nivel? ¿Martilleamos?