Compañías como P&G, Unilever, Colgate o Heinz están recortando fuertemente sus equipos de marketing a escala mundial desde hace más de un año, lo que ha hecho sonar las alarmas del sector.
Las razones son variadas. He aquí algunas: el marketing global que se impone requiere menos personal en las oficinas locales; la consolidación de agencias también reduce los interlocutores necesarios; hay una renovación progresiva de perfiles hacia los nativos digitales; los recortes de empleo habían afectado poco a marketing y los accionistas siguen exigiendo reducciones de ejecutivos para mantener beneficios. Eso en cuanto a causas. En cuanto a consecuencias, destaca que los departamentos de marketing se han entregado a fondo a la analítica y el big data, ya no solo para defender sus presupuestos, sino para defender sus propios puestos, dado que para los accionistas, lo que no se puede defender con números no existe.
Comparemos con nuestra situación. Los presupuestos y puestos de marketing fueron los primeros en recortarse desde los inicios de la gran recesión. Tampoco hay problemas con la analítica porque son pocos los que se plantean proyectos que requieren dos o tres años para dar frutos. Y en cuanto a la renovación de perfiles hacia lo digital, tampoco hay que preocuparse: se inició hace tiempo por la vía de la llamada juniorización. Es un alivio saber que, por una vez, nos hemos adelantado y podemos estar tranquilos. O no.  
David Torrejón
Director editorial