Como en la famosa canción de Disney, donde los siete enanitos volvían a su casa a descansar, todo sucede, repentinamente, al contrario: ¡a casa a trabajar! Así ha sido durante meses, por necesidades del guion, ¿pero y ahora?, ¿casa u oficina?, ¿remoto o presencial?, ¿decisión libre o impuesta vuelta a la rutina? La vuelta al cole nos deja a todos con el interrogante abierto.
Muchos somos los que nos preguntamos cuál va a ser la nueva rutina laboral, que afecta a mucha parte de la población, trabajadores, empresas y decisores, directivos y gestores, que abordan este extraño fenómeno sobrevenido por imposición de los acontecimientos, pero también de los tiempos. Gente que ocupaba a diario cientos de miles de metros cuadrados de oficinas por toda España, que esa es otra...
Si bien ya hablábamos del teletrabajo antes de saber qué era el Covid, no ha sido sino por causa ajena, su exigente aplicación. Vamos, como cuando uno se apunta a un cursillo de paracaidismo y, llegado el momento, no se quiere tirar, pero alguien amable[1]mente lo empuja al vacío.
Las consecuencias han sido muy diversas, desde quienes se han dado cuenta de que tener oficinas es casi un lujo, en empresas de servicios en las que estos pueden ser cubiertos en remoto, hasta los que suplican por volver a tener su espacio vital junto a sus compañeros. Hay de todo, oiga. Si en el caso de las agencias hay algo claro es que éramos mucho más inflexibles de lo que imaginábamos, y eso que es un sector en el que, por timings, la dedicación en horas siempre fue ciertamente variable, en momentos exigentes o por plazos de entrega imposibles, pero en el fondo, el momento ‘oficina’ prevalecía.
Sin embargo, ya desde hace décadas se trabajaba, y bien, con todo tipo de proveedores, partners y freelances, por lo que creo que el impacto en lo que es en sí mismo el trabajo y los servicios asociados, ha sido mucho menor de lo esperado.
También las reacciones de los clientes se han visto muy rebajadas en sus demandas, ya que ellos mismos han tenido que someterse al imperioso momento del “trabaje usted en casa”. En esas condiciones, no se puede sino plegarse a la realidad digital impuesta a golpe de Zoom, Meets y ¡qué se yo!.
Mi pregunta es si con la ansiada vuelta a la normalidad, volveremos al punto donde estábamos o no. No me veo en una reunión con quince personas y cinco por parte de la agencia, porque además de raro, me parecería hoy por hoy insostenible, una pérdida de tiempo y dinero, cosa que ya me parecía antes. Está por ver la capacidad ‘híbrido-enchufable’ que tendrán ciertos clientes, para los que la vuelta de la presencialidad puede ser interpretada en una literalidad que ya no procede. Porque, en un sector en el que cada vez se reducen más los fees y los márgenes, la optimización de la dedicación del personal es algo absolutamente vital, casi de supervivencia. Cojan pico y pala y vuelvan alegres a la tarea, y ¡Hi ho, cantando a trabajar! Donde sea.
Mario Sánchez Del Real, socio fundador y director general creativo de Peanuts & Monkeys