El mercado de las versiones digitales de los medios impresos parece que por fin se mueve en España. ¿Con cuánto retraso sobre los mercados más desarrollados? Es difícil decirlo, pero seguramente no menos de dos años, lo cual es mucho en este entorno acelerado. Pero quizás habría que reformular la pregunta: ¿con cuánto retraso sobre la posible demanda del mercado en España? Y en este caso la respuesta sería, seguro también, menos o incluso nada dramática. La información fluye desde los mercados punteros al resto con toda facilidad hoy día. Los medios generalistas y técnicos nos ocupamos de informar de toda la ingente cantidad de novedades que se produce en ellos  y eso puede provocar en los menos evolucionados la falsa impresión de que falta creatividad e innovación. En muchas ocasiones lo que falta es simplemente llegar a la misma madurez del mercado, por ejemplo en número de tabletas y otros dispositivos móviles, conexiones de banda ancha portátil, etcétera

Las ediciones digitales rompen ahora, parece que sí, aunque las iniciativas pioneras como Orbyt tienen un recorrido de más de un año a sus espaldas. Es de suponer que eso se debe a que el mercado está comenzando a estar maduro. Las razones hay que buscarlas en la tecnología, como casi siempre. El número de dispositivos móviles, especialmente las tabletas, que aportan un entorno por fin amigable para la relación entre consumidor y el medio, ha crecido. Por otro lado, las conexiones móviles a internet con tarifa plana aportan ya la flexibilidad de acceso que pocos años antes nos faltaba.

Así que, desde ahora y en los años venideros, vamos a ver cómo se despliega la lucha por este nuevo mercado entre los editores tradicionales, o que eran tradicionales, y los nuevos, y si el medio internet compite o completa a las ediciones en papel. Y es que, a pesar de los mensajes siempre pesimistas hacia estas últimas, lo cierto es que los diarios han mejorado 6 puntos en penetración en los últimos diez años (EGM) y las revistas sólo han perdido 3. La lucha que se inicia no va a ser sólo entre los quioscos de diferentes grupos de medios, sino también entre estos y las plataformas de los grandes de la informática, como Apple y Google u otras independientes, como Zinio, la que utiliza Anuncios. Se aventuran años bien complicados a la hora de que los editores tomen posiciones. Y todo en ello en un mundo que por ahora supone mucho más gasto que ingreso, especialmente en el caso de las caras aplicaciones. De hecho, algunos grandes grupos han anunciado en Estados Unidos, el mercado más desarrollado para estos productos, que van a ralentizar el lanzamiento de estos nuevos títulos o versiones por el coste que suponen en relación en su retorno actual. Y eso en un mercado cuyo tamaño permite amortizar el mismo coste con una oportunidad de ventas diez veces más grande y donde hay bastantes anunciantes dispuestos a patrocinar hasta hacer gratuita la descarga.  Como siempre, en este tipo de decisiones relacionadas con la tecnología, es más importante acertar con el cuándo que con el qué.