Argentina, Chile y Colombia son los mercados en los que se ha lanzado Juega por el futuro, el nuevo proyecto creado por la operación española de VML Health para Greenpeace. Estos países no han sido escogidos al azar, pues además de ser lugares en los que el número de gamers es muy superior al de otros, también destacan por albergar elevados niveles de contaminación.
En busca concienciar e informar a gamers, eSporters y streamers sobre las crecientes emisiones de CO2 que la industria del gaming genera cada año, agencia y anunciante han trabajado para encontrar una analogía entre el mundo virtual y el real que se ha encontrado en los coches.
Según un estudio recogido por The Guardian, la generación Z y los milenials conducen cada vez menos. Entre sus motivos, combatir el cambio climático y salvar el planeta. Sin embargo, un estudio de Deloitte descubrió que estas generaciones dedican una cantidad significativa de tiempo a los videojuegos, mostrando que para el 27% de los adolescentes de la generación Z su actividad de entretenimiento favorita es el gaming. Lo que no saben estos 3.200 millones de jugadores de todo el mundo que el tiempo que pasan jugando a videojuegos en los que puede conducirse, como Grand Theft Auto, Fornite, Forza, Gran Turismo, Need for Speed, Mario Kart o Asphalt, genera tantas emisiones de CO2 como 17,6 millones de coches en el mundo real.
“Con Juega por el futuro, buscamos proporcionar nuevas herramientas y acercarnos a estas generaciones utilizando su lenguaje en el ámbito del entretenimiento, educándolas y fomentando una mayor conciencia sobre esta problemática, con el objetivo de fomentar nuevos hábitos", señala en una nota de prensa Nacho Oruezabala, director de contenidos en Greenpeace Andino.
Juega por el futuro se presenta como una aplicación innovadora que convierte a millones de gamers en game changers del cambio climático. Para ello, solo es necesario descargar la aplicación de manera gratuita desde la web de la campaña: www.juegaporelfuturo.net, donde además se muestran datos totales del CO2 compensado hasta la fecha, datos de consumo del sector del gaming, información del proceso de compensación, así como consejos para ayudar a reducir el consumo al jugar a partir de simples configuraciones de los equipos y acciones sencillas como reciclar en puntos limpios o usar fuentes de energía limpia.
La aplicación usa datos en tiempo real para luchar contra un problema virtual que afecta al mundo físico. Tras instalar la aplicación, el usuario solo tiene que jugar como siempre sus juegos preferidos y la aplicación empezará a medir automáticamente las emisiones de CO2 que esté generando al jugar. Para ello, la aplicación ha sido diseñada con la estética gaming y programada para ser capaz de medir el consumo de energía generado por la potencia del procesador del equipo, el tamaño y tipo de pantalla, reconocer si la partida se transmite en streaming o si se juega desde un servidor, así como diferentes matices que hacen que la huella de carbono sea mayor o menor, mostrando en tiempo real el consumo que los gamers están generando.
En busca de subsanar este impacto en el mundo real, la app está conectada a una plataforma de proyectos de neutralización y compensación del CO2, ayudando a eliminar la huella de carbono en tiempo real que dejan los gamers. Esta tecnología de neutralización es capaz de capturar el aire del ambiente con unos grandes ventiladores que, gracias a un sistema de filtración, capturan el CO2 para disolverlo con agua y enviarlo cientos de metros bajo tierra, donde gracias a un proceso natural, se solidifica y se convierte en mineral.
“El reto está en hacer acciones que logren conectar con la audiencia sin que esta perciba que es otra campaña publicitaria más. Además, queríamos ir un paso más allá de la concienciación y la educación para intentar proponer una nueva forma de jugar a videojuegos, en la que el usuario no solo puede saber el CO2 que está generando al jugar, sino que además puede compensarlo. Ojalá esta tecnología venga para quedarse y genere un cambio en el mundo gaming”, añade por su parte Natxo Díaz, global head of craft de VML Health.
