La industria publicitaria española no adolece, precisamente, de falta de asociaciones. Se dividen básicamente en dos tipos, las de empresas y las de profesionales, pero en cualquier caso, se puede afirmar que cubren de manera suficiente tanto el rango de actividades profesionales inherentes a la comunicación comercial, como el de las profesiones y herramientas asociadas la misma. Desde algún punto de vista se podría decir que hay demasiadas asociaciones, pero en general el alto número de entidades ha de tomarse como una muestra loable del interés de los profesionales por los temas y preocupaciones de orden general que afectan a su campo de actividad y de su deseo por implicarse en su mejora. No debe olvidarse que, a partir de un mínimo de representatividad y recursos, la relevancia, influencia y empuje de las asociaciones depende exclusivamente de las personas que trabajan en pro de las mismas.
Estas reflexiones vienen a cuento de la publicación en este número de una encuesta con los nuevos presidentes de cinco destacadas asociaciones de la industria que en los últimos meses han renovado sus respectivas juntas: La Fede, IAB Spain, AIMC, MKT y Club de Creativos. Se trata de entidades de idiosincrasias muy diferentes entre sí, pero las palabras de sus nuevos responsables traslucen su ilusión, por un lado, por dar continuidad y nuevo impulso a la labor desarrollada por sus predecesores y, por otro, por ampliar el conocimiento que en el sector se tiene de las asociaciones que presiden y de las actividades que llevan a cabo.
Especialmente relevante resulta, en este sentido, la preocupación que expresa Marga Ollero, presidenta de la AIMC, por la poca notoriedad de la asociación y de su tarea y logros que detecta entre los jóvenes profesionales. No estaría de más, sin duda, que estos fueran conscientes de que la AIMC es la gestora del Estudio General de Medios (EGM), investigación que tiene más de cincuenta años de trayectoria y que es uno de los pilares sobre los que se ha construido el desarrollo de la publicidad española en los últimos años.
Pero el EGM no es sino una muestra más, aunque muy ilustre y destacada, de la cantidad de conocimiento que al sector aportan las asociaciones. No son pocos los estudios, investigaciones, encuestas y documentos que estas entidades aportan desinteresadamente al sector y que se han convertido en referencias informativas e intelectuales del mercado.
(Y, justamente, este número de Anuncios va acompañado de una brillante muestra de ese trabajo: un especial de MarketingNews en el que se recogen las ideas expresadas y las conclusiones obtenidas en el último Día A, la sesión de trabajo con profesionales del anunciante que organiza el Club de Creativos).
Aunque solo fuera por ese conocimiento, el sector habría de saludar como benéfica la tarea de muchas asociaciones. En otros terrenos (servicios, formación, representatividad y poder de interlocución ante terceras instancias…) habrán de ser sus socios los que con sus opiniones, sus cuotas y sus votos, emitan el veredicto.