Después de un proceso de trabajo que ha durado dos años, ha llegado a buen puerto el plan pergeñado en su día por las dos grandes asociaciones nacionales del sector de la investigación de mercados y opinión, ANEIMO y AEDEMO, de refundarse en una sola entidad, que ha dado en adoptar un nombre formado con vocablos ingleses: Insights + Analytics (I+A). Procede en primer término reseñar el logro como un éxito, pues sin que hayan trascendido detalles de las negociaciones que se han requerido para formar la nueva entidad, no es difícil imaginar, tratándose las dos asociaciones protagonistas de organizaciones de larga trayectoria y alta implantación, que haya habido que superar resistencias y obstáculos y que contrarrestar inercias e intereses creados. El futuro dirá, lógicamente, si la decisión ha sido un acierto, aunque por el momento no hay razones obvias para pensar lo contrario.
I+A lleva el signo de suma en su nombre y ello se antoja más que un recurso meramente gráfico o expresivo, pues en su declaración de intenciones se incluye su deseo de integrar en su seno, por un lado, a los operadores que han llegado al terreno de la recopilación, clasificación y análisis de la información de la mano de la revolución digital y del fenómeno del llamado big data y, por otro, a las empresas anunciantes. Ello coloca a la nueva I+A en un plano distinto y seguramente más ambicioso que el de ser la aglutinadora y representante de los legítimos intereses profesionales de una colectividad: el de constituirse en polo de atracción del conocimiento y experiencia de y sobre la actividad demoscópica en nuestro país. Su presencia e influencia en el conjunto del sector del marketing y la publicidad seguramente será más notable a consecuencia de ello.
La constitución de I+A y su protagonismo en la última edición del encuentro anual La Investigación a Análisis es uno de los contenidos de las páginas especiales que al sector de la investigación se dedican en este número. En ellas se reseña asimismo un dato que se hico público, y es que el sector de la investigación creció en España un 1,4% en el año 2018, lo que supone el quinto ejercicio consecutivo de incremento. Habrá que esperar a los resultados de 2019 para constatar si la evolución plana o ligeramente descendente de la inversión publicitaria en medios y la desaceleración de la actividad económica general tienen su correspondencia en la investigación de mercados.
El contenido de las citadas páginas especiales incluye, asimismo, una encuesta entre directivos de compañías de investigación sobre cómo están cambiando y renovándose los perfiles profesionales en el sector y es muy interesante comprobar cómo las respuestas remitidas están muy en la línea de los antes mencionados objetivos de I+A. Los encuestados, cada uno desde su particular óptica, elaboran en su conjunto una amplia lista de capacidades, pero prácticamente todos hablan, por un lado, de cómo a los perfiles clásicos del se están uniendo otros que gestionan la información desde la especialización digital y la ingeniería de datos; y, por otro, de cómo se hace cada vez más necesario que los profesionales de la investigación tengan conocimiento del negocio de su cliente y del sector en el que este opera para poder ofrecerle en tiempo y forma la información más útil y de más calidad. En estas dos afirmaciones reaparecen el argumento de la suma y los sumandos protagonistas (nuevas especialidades y profesionales, y empresas anunciantes) que han inspirado la creación y el nombre de I+A.