Son dos, WPP y Omnicom, los grandes conglomerados publicitarios de ámbito global que, en sus informes trimestrales de resultados, segregan por disciplinas de comunicación la evolución de los ingresos. Y en los datos correspondientes a los nueve primeros meses del año tanto de uno como de otro grupo, las relaciones públicas son la disciplina con menor descenso de los ingresos (a excepción de la comunicación especializada en salud en el caso concreto de Omnicom).
El dato no es baladí si tenemos en cuenta que entre ambos grupos poseen algunas de las redes de agencias de relaciones públicas más importantes del mundo y resulta interesante el hecho de que se compadece con las declaraciones de directivos del sector en España que se reproducen en este número.
Estos profesionales, entre los que hay responsables tanto de agencias multinacionales como independientes, constatan que si bien sus cifras no han sido inmunes a la crisis de inversión en comunicación provocada por la pandemia, sus compañías han podido mantener niveles de facturación razonables.
Lógicamente, como señalan, hay sectores, aquellos cuya actividad se ve muy afectada por las restricciones, que han recortado sustancialmente sus inversiones en comunicación de cualquier tipo. También hay determinadas actividades (eventos, marketing experiencial) que en gran medida han desaparecido de la agenda y, en consecuencia, de las partidas de ingresos de las agencias. Al mismo tiempo y en contraste, hay sectores cuya actividad de comunicación se ha incrementado y disciplinas (comunicación en entornos digitales, asuntos públicos, relación con los medios) sobre las que ha aumentado la demanda.
En cualquier caso, puede decirse que las agencias de relaciones públicas están jugando un papel importante en un año que las graves circunstancias sanitarias han convertido en excepcional y en que la sociedad espera y valora que la comunicación de compañías y marcas tenga el tono adecuado a la situación y muestre tanto sensibilidad como transparencia.
En un entorno tan complejo y tan duro para muchas personas como el que se vive actualmente, los pasos en falso en lo que se dice y en lo que se hace pueden ser muy dañinos para la reputación.
El pasado año se hablaba en este mismo espacio de la importancia de la comunicación en situaciones de crisis y de la alta especialización que las agencias de relaciones públicas tienen en ese campo.
Doce meses después, esa especialización se antoja aún más pertinente, por cuanto el mundo se enfrenta a una crisis de naturaleza y dimensiones hasta hoy desconocidas, y que propicia escenarios enormemente cambiantes ante los que la capacidad de reacción es muy importante. Los profesionales de las relaciones públicas tienen una oportunidad de demostrar que están a la altura del desafío ayudando a sus clientes a sortear la crisis y, al tiempo, a dar una imagen de responsabilidad y de cercanía con la sociedad.