Sin perder de vista el que es y debe ser el principal foco de preocupación en relación a la Covid-19, la escalofriante cifra de fallecidos y contagiados y el aún lejano horizonte para el control de la pandemia, con una campaña de vacunación que no acaba de adquirir el ritmo deseado, en el otro plano de influencia de esta pandemia, el económico, la devastadora pérdida de empleo que deja no es menos preocupante.
Aunque, según los datos facilitados hace unos días por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, el mercado laboral mejora ligeramente en marzo, con 59.149 desempleados menos que en el mes anterior, un 1,5% por debajo, lo que hace bajar la cifra de la barrera de los 4 millones, el primer año de pandemia se salda con 401.328 nuevos parados, un 11,3% más que de marzo de 2020, y 750.000 personas en ERTE (cifra que también se ha reducido en el último mes).
Y, aunque el FMI ha mejorado sus perspectivas de crecimiento para España hasta el 6,4% (que sigue siendo inferior a lo previsto en octubre del pasado año), la destrucción de empleo está siendo una de las consecuencias más devastadoras de la crisis económica y lastra la recuperación. Con un impacto desigual por sectores de actividad, según se hayan visto más o menos afectados por las restricciones impuestas para frenar la pandemia, en algunos, ha llevado a las empresas a tener como única estrategia la propia supervivencia, lo que ha repercutido directamente en el capital humano.
Hay pocos datos relativos al sector de la publicidad pero, de acuerdo con la información facilitada por el Ministerio de Seguridad Social, en enero de este año alrededor de 5.000 empleados del sector de la comunicación, en el que se incluye la industria de la publicidad, estaban afectados por alguna de las modalidades de expediente de regulación de empleo.
Especialmente castigadas han sido las empresas de publicidad exterior y las vinculadas a eventos y ferias, por la limitación de tránsito y aforos, nos indicaban desde la secretaría general del sector de medios de comunicación, artes, cultura y deporte de CCOO, aunque los ERTE se han dado en casi todas las actividades relacionadas con la publicidad, desde las grandes multinacionales hasta las pequeñas agencias y cualquier otra modalidad de servicios. Solo en mayo de 2020 se registraron más de 3.200 empresas en ERTE, afectando a más de 23.000 trabajadores del sector.
Paradójicamente, o no tanto, según explican varios expertos en las páginas especiales que se dedican en este número a talento y formación, existe una batalla por la captación de nuevos y escasos perfiles.
A ello se han referido en repetidas ocasiones directivos de compañías del sector en las páginas de Anuncios. La gestión del talento, y la de la retención del mismo en un momento de grandes cambios, de aceleración, esta vez sí, de la transformación digital, y todo ello en mitad de una crisis sin precedentes, se hace crucial.