En 1996 leí en una revista un artículo que narraba cómo Einstein de pequeño suspendió Matemáticas. En 1999 leí otro que afirmaba que la Muralla China se podía ver desde el espacio…de este dudé.
En 2002 mi primo me recomendó que si me afeitaba la barba con más frecuencia me crecería más fuerte…lo googleé, es falso.
Es probable que hayas leído o escuchado muchas opiniones acerca de la sobrecarga de información a la que estamos sometidos con internet.
Incluso que toda esta cantidad de datos que manejamos promueven más la desinformación activa, la distracción y que están fomentando unos métodos de educación más banales, fugaces o superficiales.
Esto se conoce también con términos como sobrecarga informativa, infoxicación o infobesidad, que se refieren al estado de contar con demasiada información para tomar una decisión o permanecer informado sobre un determinado tema.
Puede que todas estas premisas tengan parte de verdad, y nos afecten sobre todo a las generaciones que hemos adquirido conocimientos por otras vías más lentas y filtradas de manera diferente.
Pero los nuevos métodos de obtención de conocimiento tienen aspectos muy positivos, como la capacidad de contrastar en tiempo real la información en busca de la más veraz, la colaboración, la remezcla o la apertura a nuevas ideas que proceden del conocimiento colectivo.
Google tiene muy claras las ventajas de las nuevas formas de obtención de información, y las explota (por ejemplo en elúltimo spot que presenta el Pixel Phone donde vemos cómoun par de chavales tienen dudas sobre un insecto ypreguntan a Google) pero también las hace evolucionar y desarrolla, como en el próximo dispositivo que va a lanzar al mercado, Google Home, que supone la apuesta de la compañía en la carrera hacia la evolución de la inteligencia artificial.
Google Home consiste en un altavoz para el hogar (algo similar al EchoDot de Amazon) que podrá responder a tus preguntas mediante un sistema inteligente que combina el motor de búsqueda de Google con la tecnología Google Assistant.
Aparte de funcionar como un sistema para mantener tu vida más organizada (te avisará de las citas del calendario, alarmas, activación de música, búsquedas de lugares, y todas las funciones a las que nos tiene acostumbrados Google), tendremos la posibilidad de obtener información en tiempo real sin necesidad de mirar siquiera una pantalla o de teclear. Y así, por ejemplo, las grandes discusiones familiares en comidas de Navidad o en cenas de amigos donde todos los interlocutores defiendan su verdad, podrán ser contrastadas rápidamente sin mirar a la pantalla, siempre que confiemos en el filtrado de Google.
Y precisamente este es el punto más importante...el filtrado de la información.
Los más detractores del conocimiento a través de las TIC ponen habitualmente en duda la imparcialidad de los sistemas de búsqueda, y es bastante claro que Google tiene sus propios intereses que podrían sesgar u orientar la información que recibimos.
Pero también es extendida la idea de que el tiempo que le dedicas a informarte por internet se lo quitas a los libros o la lectura convencional, dando por hecho que los libros, por el solo hecho de serlo, contienen información de mejor calidad que los textos o medios digitales, o con un filtrado totalmente objetivo.
SESGO
Sería incomprensible pensar que gran parte de la información que manejamos no pase por el sesgo de las grandes compañías que controlan las TIC, las cuales ya están integradas en todos los estratos de nuestra vida diaria. Por lo cual, la tarea principal debería centrarse en vigilar nosotros a estas tecnologías y ponerlas en duda, y no confiar siempre en las respuestas que la sonora voz de Google Home (elegida a nuestro gusto mediante sus análisis de data) nos ofrezca.
O que nuestra única salida cuando las máquinas nos resuelvan todo no sea darnos a la bebida como Marge en Cypress Creek.
José María Herrera es director de arte de Proximity Madrid