El otoño llega cargado de novedades en el terreno de los medios de comunicación. La confianza en la recuperación económica y, por tanto, la publicitaria, parece haber alentado al sector. Hace unas semanas, en estas mismas páginas Fernando Garea, director de El Periódico de España, la nueva cabecera de Prensa Ibérica y el primero de los nuevos proyectos que ve la luz, incluso con una versión impresa además de la digital, relacionaba ambos aspectos. “No se me ocurre un mejor símbolo de la recuperación económica que el nacimiento de un nuevo periódico”, señalaba a Anuncios. También Bieito Rubido, el director de El Debate, cabecera conservadora auspiciada por la Asociación Católica de Propagandistas (adscrita al CEU) con más de cien años de existencia y recuperada ahora en formato digital, parece apostar por la supervivencia de su proyecto gracias a los ingresos por publicidad. En declaraciones a la Asociación de la Prensa de Madrid, Rubido consideraba que los muros de pago habían demostrado ser un fracaso. Por tanto, es razonable pensar que la suya no va a ser una propuesta empresarial basada en el modelo de suscripción, esa corriente abrazada por otros nativos digitales, en algunos casos con muy buenos resultados, y por las cabeceras tradicionales en un proceso de transformación del modelo de negocio impulsado, sobre todo, por el efecto que tuvo la pandemia tanto en el consumo de información como en el recorte de la publicidad. Esto último, arrastrado ya desde la crisis financiera de 2008. El tercero de los proyectos que se preparan para este otoño es la conversión en diario digital de una cabecera que ya lleva tiempo en Internet: The Objetive, que cuenta con Álvaro Nieto, ex director del nativo Vozpópuli, como director de la nave. A estos tres proyectos habría que sumar el que en el terreno de la televisión lidera Marcos de Quinto tras su aventura política después de una larga y exitosa carrera profesional en Coca-Cola, y que cuenta con un grupo de empresarios regionales como socios del mismo. Aunque la recuperación económica alimente la iniciativa empresarial, cabe preguntarse si habrá mercado publicitario para tanto nuevo lanzamiento en el terreno de los medios o si, a la vista de los planteamientos con los que nacen algunos de estos proyectos, en el contexto de polarización que vive el país, además de ello, lo que subyace en la base de algunos de estas iniciativas no es también la idea de contar con una tribuna desde la que proclamar y reafirmar posiciones.
El otro punto agitado es el que protagoniza Facebook, que atraviesa por una difícil situación de reputación, con repercusiones también en su cuenta de resultados. No es la primera, pero algunos analistas la consideran ya peor que la derivada del escándalo de Cambridge Analytics. Al descubrimiento de un informe interno sobre los efectos de Instagram en los adolescentes, las recientes declaraciones ante el Senado de EEUU de Frances Haugen, exempleada de la compañía, en las que señala que la empresa pone sus propios beneficios por encima de la seguridad de los usuarios, o el apagón que sufrieron durante cinco horas sus aplicaciones en todo el mundo, han afectado a sus cuentas e incluso a su cotización bursátil.