Qué maravilla poder hablar con profesionales con las ideas claras y consecuentes con ellas. Qué gozada si, además, tienes la ocasión de hacerlo sin que estén ligados por ataduras institucionales. Entonces sale a reducir la verdad de las cosas. Una verdad que nosotros vemos desde fuera y nos atrevemos a criticar, pero desde la reserva de que alguien nos diga que lo nuestro es una interpretación vista desde lejos. Por eso me conforta que lo que nos contó Paloma Pérez Sánchez en la entrevista que aparece en este número de Anuncios ya que confirma muchas de las cosas de las que nos quejamos, a veces, y en su caso desde la autoritas y con un análisis mucho más fino que el nuestro. En ella queda muy claro que en la situación que vive el sector de la comunicación comercial, en sentido amplio, necesitamos profesionales de marketing que aúnen saber, querer y poder. Y no es fácil. Ni siquiera en su caso. Con las dos primeras condiciones y con el respaldo de un éxito en ventas, un director de marketing no puede sobreponerse a cambios de estrategia en la cabecera de la compañía: el poder. Así que imaginemos en los casos en los que ni se quiere, ni realmente se sabe.
La semana pasada celebramos un interesantísimo seminario sobre comunicación transmedia, que resumiremos en el próximo número. Con una nutrida representación de anunciantes entre el público, lo que quedó claro es que la ausencia de buenas campañas españolas transmedia, con la excepción de unos pocos sectores (juegos, cine…), tiene más que ver con el querer que con el saber o incluso el poder. La lógica de las campañas que hoy llamamos transmedia y que en cinco años serán solamente campañas (aunque los festivales serán capaces de sacar tres nuevas categorías de ellas) es obvia para una gran cantidad de públicos y objetivos de marca. Y si el problema es el poder, debería ponerse en juego la capacidad de compromiso del director de marketing con lo que hace y con su carrera. Ser el primero es siempre una apuesta de alto riesgo y alto beneficio. El ejemplo de Paloma Pérez es perfecto.
David Torrejón
 Director editorial