Asumida la situación de crisis, incluso por el Gobierno, llega el momento de buscar soluciones. Y ese proceso debe empezar con un análisis de los errores cometidos. Parece que entre los analistas más serios hay un consenso general acerca de la gran oportunidad que perdimos durante la larga etapa de crecimiento sostenido para trabajar en las debilidades de la economía española, que no por ser obvias para cualquier recién licenciado en Económicas, conmovieron menos a los diferentes gobiernos de distinto color. Entre ellas, hay algunas que afectan al sector en el que nos movemos y las vamos a analizar de forma seriada en este espacio editorial. Una de las más insoslayables es la formación. Ya hemos señalado aquí cómo la falta de nuevos profesionales bien formados supone un freno para el desarrollo de técnicas que mejoran el retorno de la inversión y, por tanto y no lo olvidemos, la competitividad de las empresas españolas. En el mundo interactivo el déficit es un clamor, pero igualmente en otros como el de las promociones o la organización de eventos. Son sectores en los que las empresas deben asumir el coste de la formación de sus empleados. El asunto es más grave aún porque cualquier iniciativa que hoy mismo se aprobase por todos los actores, no tendría sus primeros frutos hasta pasados al menos tres años. Desde Anuncios hemos puesto en marcha crearcreativos.com, como foro abierto para que universidad y profesión debatan de estos temas. Pero, además, debería acelerarse este reto desde la propia industria y más aún desde las organizaciones empresariales, como la CEPYME y la CEOE. Es urgente establecer un catálogo de nuevos perfiles profesionales sin cubrir por la formación reglada y no reglada, y hacer que la universidad y las instituciones de formación los analicen y asuman. Si no se hace así, nuestra distancia con los países líderes seguirá incrementándose. Y no podremos echarle la culpa exclusivamente a una falta de orientación estratégica de los gobiernos, porque éstos, en todo el mundo democrático, son entes incapaces de situarse en horizontes más allá de unas siempre próximas elecciones. Pero, al mismo tiempo, todos son sensibles a las demandas de su tejido empresarial. Hay asuntos en los que se puede hablar de continuismo, pero en este caso en concreto lo que necesitamos es una ruptura. Continuismo significa seguir quedándonos atrás. Desmontado el castillo (nunca mejor dicho) de la creación de una falsa riqueza a través, no de la construcción, sino de la especulación inmobiliaria, toda la sociedad debe tomarse muy en serio el cambio de modelo y la mejora en la competitividad. A cada uno le corresponde asumir su parte de tarea en este reto fundamental. Y esta parece una forma muy apropiada para que el sector de la comunicación comercial contribuya a ello, si de verdad se cree que lo que hace tiene una influencia en la economía.
es el medio líder en notoriedad y credibilidad en el sector de la Publicidad y el Marketing y el más leído.
Contenido exclusivo para suscriptores de pago.
Si ya tienes una cuenta Inicia sesión
Si no tienes una cuenta Suscríbete