Aprovechando la época del año y su patronímico, alguien llamado Jesús Serrano publicó esta vistosa página de publicidad en Anuncios. No figura, en los viejos y reveladores archivos de la revista (nuestras míticos ficheros verdes de cartón), ningún profesional con este nombre. ¿Un diseñador? ¿Un director de arte? ¿Un fotógrafo? Debemos pedir disculpas por nuestra ignorancia, pero en cualquier caso no nos resistimos a publicar esta página tan rotunda y vistosa. Y si alguien sabe de quién se trata, que no dude en comunicárnoslo.
A finales de 1981, el famosísimo cubo de Rubik vivía aún en la inercia de su enorme éxito, que le había llevado, tan sólo dos años después de que en 1978 saliera de las factorías de la compañía estatal húngara Politectenika, a una ventas de 20 millones de unidades en todo el mundo. El autor del artículo publicado nos proporcionaba una cifra de ventas más actual, sino que utilizaba el cubo para una serie de reflexiones entre las que se incluía la aparente paradoja de la fascinación que ejercía el juguete venido de más allá del telón de acero ejercía en un momento en que España se aprestaba en una institución bien propia de este lado del famoso y hace mucho desvanecido telón: la OTAN. La cosa empezaba así: “El cubo de Rubik es mucho más que un juego de moda. Más incluso que la representación de la tridimensionalidad del espacio. Es la quinta esencia del hecho publicitario y la representación mimética de la sociedad de mercado. Es la publicidad al cubo”.