Rocío Barrio, redactora en Mono Madrid, es la protagonista de la nueva entrega de El Relevo, la sección que dedicamos a descubrir las opiniones y las vivencias de los nuevos profesionales. Además de en Anuncios.com, puedes encontrar este contenido en el Nº 1712 de ‘Anuncios’.

Anuncios.— ¿La publicidad ha sido lo tuyo desde el principio? ¿Qué formación tienes?
Rocío Barrio.— La verdad que no me di cuenta de que me gustaba la publicidad hasta que no empecé la carrera, en la que me metí porque las asignaturas sonaban poco a carrera universitaria y mucho a divertido (expresión creativa de la imagen, taller de creatividad…). Ya dentro, descubrí que existía un trabajo en el que abres un Word, piensas, escribes, cuentas ideas y, si son buenas, te las compran. Mola.
A.— ¿Desde cuándo estás en la compañía y qué labores has desempeñado en ella hasta ahora?
R. B.— En Mono hago un año y medio en septiembre. Empecé de prácticas, y debe ser que caí bien y algunas de mis ideas también, pues a los seis meses me hicieron junior. Entré como copywriter y sigo siendo copywriter. Lo guay de estar en Mono es que tocas muchísimos briefs de muchísimas marcas diferentes y es un poco como estar en Brother pero en adulto, que cobras y esas cosas. Cuando por primera vez vi un anuncio en la tele que habíamos pensado y trabajado con más gente, la sensación fue muy guay pero un poco rara, porque la tele es algo muy grande que ven muchas personas, y yo muy pequeña porque acababa de empezar a ser júnior. En año y medio salió Sonidos Dobles, de Pipas Facundo; Lo que necesitamosnuevo, de Wallapop, y Ensaladas hechas para lavar laimagen de las ensaladas, de Vips. Muy contenta con todo y con toda la gente que hay en Mono porque es muy guay currar con ellos.
A.— ¿Qué recuerdo se te ha quedado grabado a fuego de tu primer día de trabajo?
R. B.— El primer día que entramos – entré con la que era mi dupla, Ana Clara, una ‘arte’ chulísima y uruguaya (por eso ya no está en Mono) – nos presentaron a todos y nos asignaron nuestro sitio y, al rato, de repente estábamos en la sala de Sito [Morillo] y Bitan [Franco] contando ideas de Mahou para presentar a cliente pasado mañana. En un día ya éramos mucho más mayores que el día anterior, o por lo menos tuvimos que aparentarlo.
A.— ¿Te costó cambiar el rol de prácticas a trabajador?
R. B.— Ser júnior en Mono es facilísimo o dificilísimo, porque entras siéndolo desde el minuto cero. Piensas en los mismos briefs que los mayores, cuentas en las mismas contadas que todos y, sobre todo, te escuchan y te dan feedback como si fueras uno más. No hay filtro de trainee y eso mola porque te ayuda (y te obliga) a crecer mucho más rápido y mejor. Así que no, no costó mucho el no cambio.
A.— ¿Qué es lo que más te gusta y lo que menos de tu día a día
R. B.— Lo que más me gusta de mi día a día es llegar a la ofi, hacerme un café, abrir Spotify, abrir un documento en blanco y ponerme a pensar y escribir ideas. Es guay esta rutina. Lo que menos me gusta es asumir que soy adulta y tengo vida de adulta y hay que trabajar y hay menos tiempo para hacer cosas fuera del trabajo.
A.— ¿Una campaña, de cualquier época y lugar, en la que te hubiera gustado participar?
R. B.— Una de mis campañas favoritas es Abuela, de Zona Jobs. Recuerdo que un profe de la uni nos la puso y fue la primera vez que sentí envidia por no haber pensado esa campaña. Puede ser que ahí empezara a gustarme un poco más el pensar en hacer publicidad.
Descubrí que existía un trabajo en el que abres un Word, piensas, escribes, cuentas ideas y, si son buenas, te las compran. Mola
A.— ¿Una persona que, a nivel profesional, te inspire?
R. B.— No conozco a mucha gente de publi, pero las que conozco me inspiran mucho, mucho. Sito y Bitan porque son Sito y Bitan, y a quién no inspiran; Javi Ribas [redactor] de Mono, porque me enseña cómo saber vivir haciendo publi (ha sido él quien me ha metido en El Relevo); Nieves López [redactora creativa] de Mono, porque me encantaría tener su motivación diaria y sus ganas de hacerlo bien, y Esther Matas [directora creativa] de Mono, porque admiro mucho cómo piensa su cabeza.
A.— ¿Sin qué red social o aplicación no puedes vivir?
R. B.— Si de repente desaparecieran los móviles, creo que solo echaría de menos Spotify.