Debe ser porque mi madre no me dio el pecho, o porque vi a escondidas la voluptuosidad de la estanquera de Amarcord a través de la mirilla del salón de la casa de mis padres, pero tengo una fijación por y con las tetas desde pequeño. Sí, no me ha hecho falta ir al psicólogo para poder verbalizarlo: Me gustan las tetas, me encantan las tetas.
Hasta tengo mi propia clasificación: Ping Pong, Ding Dong, King Kong y Vaca Sagrada. No la copien, la tengo registrada. Siempre pensé que eran el inicio de todo: maternidad, sustento, adolescencia, reafirmación, deseo… pero desde que me enteré de que mi abuelo, leen bien ustedes, abuelo y no abuela, murió de cáncer de mama, también se han convertido en un final, un final inesperado. ¿Alguien sabía que las tetas de los hombres también son un campo fértil para el cáncer? Yo no.
Por eso, la multipremiada campaña de la agencia David, Tetas x Tetas para el MACMA (Movimiento Ayuda Cáncer de Mama) donde con humor e inteligencia luchaban contra la incomprensible censura de Facebook e Instagram a mostrar pezones femeninos para concienciarnos de la importancia de la detección del cáncer de mama, me reconfortaba con mi abuelo. Por dos cosas, la primera porque eran dos tetas tan grandes, fofas y peludas como las de mi abuelo. Y segundo y más importante, nos decían a la cara que también nosotros debíamos auto examinarnos como método de prevención.
Su segunda campaña Todos aman las tetas, vuelve a la carga con más fuerza y repercusión que la primera. Y como entonces, encuentran un recurso para saltarse la censura de las RRSS. Pero, no sé si es la canción o que solo puedo ver tetas y más tetas, el mensaje se me queda en segundo plano. Supongo que no ver unas tetas como las de mi abuelo tampoco ayuda.
Si alguien que trabaje en Facebook o Instagram lee estas líneas, en las que se repite la palabra teta trece veces y no se ha caído el mundo, debería replantearse su política o censurar todas las imágenes de pezones masculinos para ser consecuente.
Si el cáncer no distingue los sexos, ustedes tampoco deberían hacerlo.
Felicidades por la campaña.
David Vijil es director creativo en Proximity Madrid