Una de las tendencias que tendrá un crecimiento exponencial este año son las wearables technologies, las tecnologías vestibles, que a menudo se relacionan con aplicaciones móviles a través de tecnologías wireless o Bluetooth. La caída en el coste de los sensores y de los chips y la gran difusión de los smartphones están detrás del éxito de estas tecnologías, junto con un creciente interés colectivo hacía las métricas de los datos personales. Ritmo cardíaco, actividad física, régimen alimentario o control del sueño son solo algunos de los parámetros que pueden leer los dispositivos desarrollados por empresas cómo Jawbone, Nike o FitBit.
Todos ellos se combinan con una aplicación para smartphone que procesa los datos -cómo duermes, cuánto corres- y los presentan a los usuarios de manera sencilla, inmediata y atractiva. Este pequeño ecosistema mobile + wearable tech se puede completar con notificaciones que sirven para estimular al usuario en mejorar sus prácticas o para informarle sobre la misma; o un programa de gamifi cation - "¡estás en el top 1% del club!"- en el caso que se esté generando una comunidad, lo que extiende el alcance de estas tecnologías a la vertiente social. Lo verdaderamente interesante es cómo la interacción entre wearable tech y smartphones está abriendo nuevas oportunidades para sectores como los seguros o el farmacéutico.
En este último caso, las limitaciones legales a la hora de comunicar medicamentos con prescripción, reducen su espacio de maniobra a la sola enfermedad, o mejor dicho, en este caso a la monitorización del usuario-paciente. Por ejemplo, en medir su ritmo cardiaco a través de un anillo conectado con una app, como Pulse de Electricfoxy, que pone a disposición del paciente, y potencialmente a su médico, sus datos vitales.
El mismo dispositivo tendría sentido para una compañía de seguros del ramo salud que quiere prevenir enfermedades cardiovasculares, motivando a sus clientes a practicar actividad física regularmente y premiando a quien lo hace. Finalmente, lo que hoy es una oportunidad, de aquí a 5 o 10 años se podrá convertir en una amenaza, porqué wearable technologies como Google Glass o los relojes inteligentes de Samsung y Pebble están diseñados no como complemento a los smartphones, sino como sustitutos. Es solo una cuestión de perfeccionar estas tecnologías y encontrar los usos correctos para los sectores que más los necesiten.
Vittorio Gerosa
Socio y director de ‘international operations' de Flash2Flash