Ser creativo significa enfocar las cosas desde otro punto de vista, resolver los problemas de manera diferente, arriesgando y rompiendo con las pautas habituales. Cuando se habla de creatividad en las marcas, la mayoría pensamos en un proceso marcado por una estrategia enfocada al triunfo, por lo que nos atrevemos a asegurar que la creatividad debe estar presente en todos los negocios, sobre todo cuando se trata de comunicación, publicidad y marketing. Con la entrada de las redes sociales en nuestras vidas y la cesión de información en las plataformas por parte de los usuarios, las marcas tienen en su poder muchísimos datos que les permiten crear campañas creativas muy ajustadas al target al que se dirigen.
Teniendo esto en cuenta, nos preguntamos ¿para que un proceso creativo sea exitoso es mejor usar el dato o la intuición? Como muchos de los expertos de Samy Alliance, coincidimos en que las herramientas de intelligence para recopilar datos han tenido un papel muy importante en la aportación de valor a la base empírica de nuestras acciones, dotándolas de contexto y facilitando información útil para el planteamiento de las campañas. Usar la escucha social nos permite detectar comportamientos, entender tendencias, descubrir deseos y analizar cómo se están recibiendo y juzgando nuestras ideas, con un feedback instantáneo que maximiza los beneficios del ‘prueba y error’. No obstante, el papel de la intuición es insustituible.
Usar una herramienta para extraer datos nace de una curiosidad, de un algo que se despierta dentro nuestro y que nos hace creer que eso que queremos investigar tendrá algún sentido. Entonces, todo proceso creativo parte de una corazonada, algo que nos hace pensar que eso puede funcionar. Entonces, ¿qué es mejor? Un algoritmo, un dato o la inteligencia artificial no van a tener corazonadas, no van a generar esas ideas humanas que saben que pueden despertar algo en el resto de la sociedad. La intuición es siempre necesaria para crear. Pero esto no quiere decir que sea mejor que el dato. La retroalimentación entre ambas herramientas es lo que nos permitirá que una gran idea esté adaptada exactamente a aquellos a los que queremos llegar, haciendo que la apuesta por el éxito sea todavía más segura. Combinar la inteligencia basada en datos con la intuición creativa nos permite conectar personas, capacidades, conocimiento y tecnología en un ecosistema único.