Amanece por la ventana de la oficina,
aún no han llegado mensajes nuevos,
el sonido del teléfono permanece en silencio,
solo se oye la máquina con el primer café recién hecho de la mañana.
Todo permanece intacto.
El mar está en calma.
El tiempo se ha parado.
Solo al final del pasillo se vislumbra una pequeña luz.
Una sombra brillante se va acercando, como si de un faro se tratara.
Apenas se distingue, pero cuanto ma´s se acerca, más confortable y serena está la tripulación.
Y de repente, como si de una tormenta se tratara, empieza a llenarse el correo de mensajes, dudas incesantes, el calendario del día parece desbordarse. Llega el temporal, la primera oleada de la mañana. El caos inunda los primeros rayos del día, nada puede detener las llamadas, los briefings, peticiones urgentes y de última hora.
“Aún podemos salvarlo”, se oye al final del pasillo. La sombra de energía que se veía se acaba acercando y, hombro a hombro, codo con codo, ayuda a redirigir todos los peces del mar, hace que el timón del barco vuelva a su rumbo y tranquiliza al resto de marineros que se habían desorientado.
Toda la energía del fondo de la oficina, tímida pero que cada día florece, es el equipo de cuentas. Son los capitanes que se adelantan a las peores tormentas, no dudan en si adentrarse o no en ellas, tan solo bailan las olas como si fuera un especta´culo de teatro. Saben cómo guiar a su embarcación cuando el viento sopla en contra y son capaces de tener infinitud de rutas planeadas para llegar al mismo destino.
No es casualidad que sepan de dónde venimos y hacia dónde vamos. Saben cómo abordar un briefing, estudiarlo y ser capaces de transformarlo en un mapa de búsqueda del tesoro. Negocian con Cronos y Zeus acerca del tiempo y esfuerzo que le costará a la tripulación llegar a tierra firme. Se enfrentarán a piratas y sirenas para que puedan escoger el mejor camino y llegar a tiempo.
Pero, sobre todo, observarán y escucharán a su equipo, porque saben que sin ellos no son nada. Conocen que su mano derecha son los duros marineros creativos, planners estratégicos, artes, copies, financieros, social, people... y sin su ayuda solo se sentirián en un bote al borde de la deriva.