Es curioso que según nos hacemos mayores, las personas nos hagamos también más miedosas. La edad nos presupone un conocimiento que debería servirnos para poder analizar las cosas con una perspectiva más sensata y enfocada. Para mirar el mundo con cierta serenidad, pero para nada. Yo no tenía miedo a muchas cosas a las que ahora se lo tengo. Podría hacer una lista y me saldría larga, larguísima… pero me voy a centrar en lo que más miedo me da de todo, lo que me da absoluto terror: convertirme en una miedosa del futuro. 

Me explico, me da pánico llegar a ser una de esas personas que en lugar de tratar de entender lo que viene, lo que por generación le es ajeno, pero con lo que tiene que convivir, se quedan ancladas en discursos tipo: “lo que hacíamos antes era mejor”, “eso sí era publicidad y no lo que se hace ahora” o “es que en estos tiempos cualquier cosa vale…”. 

Creo que eso es lo peor que nos puede pasar como creativos o como profesionales que nos dedicamos a una industria creativa.  No entender códigos, no entender el lenguaje o no entender las motivaciones, no sólo no nos debe dar miedo, nos debería servir de revulsivo. Nos dedicamos a una profesión que nunca busca la manera directa, lineal de contar las cosas; encontramos el éxito en la sorpresa, buscamos la manera diferente de pulsar las teclas de la emoción. Y nunca deberíamos tener miedo a seguir aprendiendo. Y aprender tiene que ver con dejarnos asombrar. Si dejamos de asombrarnos, dejaremos de hacernos preguntas y dejaremos de buscar respuestas. Creeremos que ya lo sabemos todo. Tendremos que explicar el mundo con lo que ya conocemos y eso, a veces nos servirá, pero en muchas ocasiones nos hará repetitivos, aburridos y descontemporanizados.  

Y no llegaremos, no seremos capaces de empatizar con eso que antes llamábamos target y ahora llamamos usuarios, lo que dicho llanamente, y esto sí que nos debería dar miedo del de verdad, significa que no venderemos. 

Así que, en lugar de pensar que no entender es algo malo, convenzámonos de que podemos compensar esa falta de comprensión con nuestra experiencia y rodeémonos de gente que sí comprende lo que pasa y escuchémosles con atención, con la misma atención que les demandamos a ellos cuando nosotros hacemos alarde de nuestros logros y nuestro conocimiento.  

Pero, sobre todo, escuchemos sin prejuicios. Y es que, si hay algo todavía peor, todavía más horripilante que ser una miedosa del futuro, es mirar a ese futuro con prejuicios.  

Gema Arias es directora general de estrategia creativa de Kitchen

Con este artículo, Gema Arias inicia su colaboración habitual como columnista de 'Anuncios'.