En 2008, los gerifaltes de la UEFA pusieron en marcha la iniciativa RESPECT, “un programa de responsabilidad social para apoyar a las comunidades locales, hacer frente a los problemas sociales y trabajar por la unidad y el respeto a través del género, la raza, la religión y la capacidad”. Objetivos ciertamente loables, pero accesorios para la idea de esta columna.
El caso es que, desde entonces, los equipos que participan en competiciones europeas saltan a los terrenos de juego luciendo unos badges en las mangas en las que se lee la palabra RESPECT. Y aquí es donde comienza a interesarme el tema para mis objetivos de marketing: conseguir más respeto en las reuniones para las personas que están presentando ideas.
He pensado coserme esos parches en las mangas de mis afamadas camisas de presentar para ver si cambia de actitud ese‘amable’ miembro del equipo de marketing del anunciante que -hijo mío, para qué vienes a la reunión- no ha parado de dividir su atención entre:
— La escritura de un mail superimportante, e inaplazable durante 15 minutos, sobre la necesidad de que Natalia le pida a Noelia que se asegure de que Juan tenga preparado el ‘report’ con los KPIs de la última oleada del plan de awareness que tiene un reach bastante por encima de lo expected (se lo traduzco: un post en Insta tiene dos likes más de lo normal).
— La pantalla de su celular, a la que mira con gesto de desagrado mientras responde a un whatsapp sobre la elección de fiambre de pavo que ha hecho su pareja para esta noche.
Estarán pensando ustedes, y no les falta razón: “¡Joder, Pach, cómo te gusta ser el protagonista, no puedes soportar que no estén todos los focos sobre ti!”. Podría ser. Pero es que, llámenme antiguo, me parece una falta de respeto ir a presentar ideas y que cada uno esté allí con su ordenador sin levantar la vista de la pantalla, multitaskeando -en el mejor de los casos- como si no hubiera un mañana.
Lo que yo estoy contando es la última expresión del trabajo de mucha gente y creo que eso merece unos minutos de atención sin dividir. Esto de ir a reuniones en las que alguno de los interlocutores no ha levantado la cabeza ni un segundo para mirar lo que estaba yo contando, salvo para ver la gráfica o el chart del presupuesto, me molesta bastante. Y si es en un concurso en el que han convocado a 27 agencias, ya ni te cuento.
Creo que Zoom ha hecho mucho daño y nos hemos malacostumbrado a estar haciendo cualquier otra cosa menos prestar atención al que expone. Así que, desde esta modesta tribuna, como medida de respect propongo crear las REUNIONES RETRO en las que, al entrar, se dejen todos los elementos electrónicos sobre la mesa y, desarmados digitalmente, comencemos a prestarnos atención y a debatir de verdad. Por si acaso esto no cuaja, ya he ido a mi Yaya Costurera de confianza para que me vaya cosiendo unos parches.