Page 74 - Nº2 Mujeres a Seguir
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# opinión
y
Teresa Viejo Escritora
Una MAS Uno de sus últimos regalos fue un libro para que me ordenara, el best seller
de Marie Kondo La magia del orden. Como si ordenar algo tuviera otra
en busca de ciencia aparte de echarle horas y voluntad. Creo que fue el último porque
MATCH hubo un momento en el que todo se borró como en una borrachera. Lo
mismo me regaló una pulsera de brillantes y yo sin recordarlo.
El orden es un asunto arriesgado. Empiezas haciendo limpieza de la mesa de
trabajo, sigues por el salón, te metes en el dormitorio y allí, en un rapto de
clarividencia, descubres que no sirve nada. Por eso me separé, porque lo más
inútil de mi vida era mi cama. La cama es un eufemismo de la convivencia,
y no tanto porque si el sexo no funciona no funcione lo demás, sino porque
dentro de ella somos nosotros en estado puro. Y el de mi ex se había diluido
hasta llegar a gaseoso.
Cuando él pasa de ser una sólida presencia a convertirse en agua entre
tus dedos deberían de reventar las señales de alarma. Ni las vi ni me las
advirtió mi secretaria. La mujer es muy eficaz y sin su apoyo estaría perdida
-demostrando que tras una gran mujer hay otra más grande todavía-, pero
disparamos a demasiados frentes. Esta sensación de no abarcar todo sucede
a medida que te acercas al techo de cristal con las armas cargadas a ver
si abres una brecha en él. Es lo que tiene ser una ejecutiva con liderazgo
empático y una rotunda voluntad de convertirme en una Mujer a Seguir. En
fin, vuelvo al dormitorio pues mi preocupación es cómo llenarlo tras quedar
más devastado que un páramo siberiano.
Entre las leyendas de las separaciones existe una según la cual los hombres
solo dan el paso cuando tienen un recambio, mientras que nosotras nos
lanzamos al vacío sin red. Yo la cumplo a rajatabla porque me desembaracé
de lo que me sobraba sin caer en que, superado el duelo, me tocaría volver a
amueblar mi alcoba. Y a simple vista solo encuentro mobiliario de Ikea o de
cuarta mano en Wallapop.
Si cuento algo tan íntimo es porque presumo que me parezco a ti. O a tu
compañera de despacho. A tu vecina de casa o de taquilla en el gimnasio. A
tu mejor amiga, tu hermana o tu cuñada. O ex cuñada, aunque esa es otra:
¿por qué tiene una que prescindir de lo mejor de su familia política si el
cenutrio era él?
Si te separas, un día el espejo te tirará el DNI a la cara. Justo entonces hay
que tener tu primera nueva cita. Yo estoy en ello.
Se llama Javier. Acaba de hacerme una perdida indicando que está en la
puerta y a mí me sudan tanto las manos que no puedo enviar un whatsapp.
¿Cómo le he conocido? Amigo de mi ex. Sí, es un error quedar con alguien
del pasado, pero él ha sido tenaz, tenaz. “Siempre me has gustado. No me
había atrevido a decírtelo por respeto”. ¿Respeto a quién, si a mi ex lo único
que no se le podía tener era respeto? Compasión, pena, asco, rabia, odio….
De todo eso a toneladas.
El caso es que por insistir, estreno zapatos y una cita.
Por cierto, llámame MAS. No concibo nada mejor que ser una de ellas. #
[Este es el primero de una serie de artículos sobre las relaciones de pareja en la era
de internet que Teresa Viejo irá publicando en www.mujeresaseguir.com.]
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