Page 20 - MUJERES A SEGUIR
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# social
No sin mujeres
Aunque otros políticos como Barack Obama o Justin Trudeau se han declarado feministas, ha sido el nuevo
presidente español, Pedro Sánchez, el más felicitado por la prensa internacional al decidir nombrar un consejo
de ministros dominado por mujeres: once ministras frente a seis ministros. No es una cuestión anecdótica. El
cambio en la actitud de los políticos responde a la gran marejada feminista, que reclama la visibilidad de las
mujeres. En el mundo anglosajón se acuñó el hashtag #AllMalePanel para denunciar cualquier acto sin mujeres.
Desde la Unión Europea se ha lanzado la campaña No Women No Panel y hay otra similar en Australia llamada
Male champions of change. En marzo de 2015, la asociación de escritoras Clásicas y Modernas, fundada por Laura
Freixas, pidió a los hombres que dieran un paso adelante y se unieran a la reivindicación. Este año, un grupo de
académicos ha recogido el guante y se han adscrito a #NoSinMujeres en las ciencias sociales. Al cierre de este
reportaje, 656 varones (economistas, sociólogos, politólogos, etcétera) se habían comprometido a no asistir a
eventos sin participación femenina. “La universidad es un mundo muy machista y patriarcal, por eso hacen falta
este tipo de estrategias”, explica Octavio Salazar, catedrático y uno de los que han firmado. De esta manera,
explica, “no solo no asistes al evento sin mujeres, sino que pones en evidencia a los que van”. #NoSinFotógrafas
es otra propuesta similar a la que se han apuntado profesionales como Rafael Trapiello, Juan Millás, Ángel
Trotter, José Antonio Rojo, Álvaro Laiz o Eduardo Nave, galardonado con el Premio al Mejor Libro de Fotografía
Nacional 2018 de PhotoEspaña. De momento hay menos participación. Se han adscrito 251 fotógrafos. “Muchas
organizaciones, entidades, espacios o escuelas todavía nos observan con un silencio nada alentador. No deja
de ser una cesión de privilegios y les está costando”, explican desde la portavocía de la iniciativa. “Los hombres
tienen que empezar a ceder los espacios y la voz que muchas veces se otorgan por el mero hecho de serlo.
Nuestro objetivo es, simplemente, que se cumpla la Ley de Igualdad. Pero parece que no será fácil lograrlo”.
Roy Galán: «Hay quien ante
la simple afirmación de que
>> Precisamente de liberación habla Miguel Lázaro, coordinador de la
delegación de Madrid de la Asociación de Hombres por la Igualdad por ser hombres nunca hemos
de Género (AHIGE), creada en 2001 en Málaga. Hoy son más
de doscientos y tienen sede en diez comunidades autónomas.
“Creemos que cada vez hay mayor conciencia social sobre la tenido miedo al regresar
necesidad de lograr la igualdad. Pero son las mujeres las que
llevan la iniciativa. Sus éxitos son impresionantes”, apunta. “La solos a casa de noche se
igualdad se ha situado en la agenda política en España gracias al
movimiento feminista. Pero es una cuestión de toda la sociedad y defienden diciendo que ellos
los hombres debemos darnos cuenta de los obstáculos que ponemos
a las mujeres”. Entre los referentes de AHIGE, Lázaro nombra a también. Y eso no es verdad»
filósofas como Ana de Miguel o Amelia Válcarcel, ecofeministas como
Yayo Herrera o a la activista Beatriz Gimeno. “Nuestras referencias
filosóficas y políticas son mujeres. Si cuestionamos la masculinidad es
porque las mujeres nos han alertado: ‘miraos que hay algo en vosotros
que no funciona y nosotras sufrimos las consecuencias’. Como dijo
José Saramago, la violencia machista es un problema de los hombres que sufren las mujeres”. Reconoce que
“ponerte las gafas moradas te ayuda a entender cómo funciona el patriarcado y asumir que hay mandatos de
género. A las mujeres las educamos para ser madres, delicadas, bellas, a los hombres nos encasillan en roles
activos, insensibles, competitivos. Muchos no queremos ser así. Nuestro reto es generar alternativas atractivas
que pongan el foco en la responsabilidad y no tanto en la culpa. No se trata de hacer penitencia sino de cambiar
tu forma de relacionarte con las mujeres y con otros hombres”, explica. Y señala las ventajas: “Ganamos en
libertad y plenitud. También en salud porque la masculinidad está construida en el desprecio a los cuidados.
Aprender a cuidarnos a nosotros y también a la gente del entorno mejora nuestra conexión con la sexualidad,
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